Francisco Alemán González junto con el recaudador Juan Francisco Acosta Arias lo tienen todo preparado para celebrar mañana y el viernes los remates de Semana Santa, pujas económicas que se hacen para llevar los tronos en las procesiones del Viernes Santo. "Es algo que viene de mis antepasados y desde pequeño, aunque no lo entendía mucho, iba con mi padre a los remates", expresa Francisco Alemán, quien hará estos días de rematador por tercera vez.

"Es una tradición de antes de 1609, ya que en esa fecha hay referencias escritas de los remates", comenta Alemán, quien lo describe en su tesis doctoral Historia del asociacionismo en Canarias después de la Conquista. "El alma y el espíritu de esta celebración es el de la gente. Nosotros colaboramos en mantener esta tradición", expresa quien también es juez de Paz de Agüimes. "En los remates se unen la fe de quien remata porque ha hecho una promesa; la tradición, pues las familias suelen pujar por algún trono concreto; y la cultural, pues se trata de una celebración única en Canarias, que existe en otros cuatro actos en España".

El acto se celebra en dos partes. Una primera, el Jueves Santo, donde se rematan los tronos de la Dolorosa, la Verónica, el Crucificado y San Juan. Cada uno de los tronos recibe seis pujas, cuatro por cargar cada brazo, y dos más por el incensario y la naveta. Esta procesión saldrá el viernes a a las 12.00 horas. "A este remate se le llama el pequeño, porque suelen participar menos gente, sobre los treinta", apunta Francisco Alemán.

La Cruz

El segundo remate tiene lugar, precisamente, el Viernes Santo, donde además de los cuatro tronos del día anterior, se subastan el Sepulcro, la Cruz y las varas del palio. Acto seguido, los elegidos van a ponerse las túnicas para la procesión del Santo Entierro, a las 21.00 horas. "A este se le llama el remate más fuerte, porque el complejo parroquial se llena con más de 200 personas", comenta.

Las cifras que se pagan son imprtantes y el dinero recaudado es destinado a la iglesia para pagar los gastos que genera la Semana Santa, tales como la reparación de túnicas o restauración del templo, que es un monumento histórico. El año pasado las pujas superaron los dos mil euros.

Hasta hace tres años la voz de los remates era Pedro Rodríguez, oficio que realizó durante más de 30 años. Justo su recaudador era Francisco Alemán González, quien ha asumido ahora dicho puesto. Al principio, a los remates sólo podían asistir los hombres, pero desde hace 1977 empezaron a participar mujeres y jóvenes. Entre las pioneras estaban Eugenia Suárez, que ya falleció, y María Bordón Domínguez.

Entre los elementos que se subastan en el remate, hay uno que adquiere mayor protagonismo: la Santa Cruz. Cuando llega el momento y el vocero -antes Pedro Rodríguez y ahora Francisco Alemán- menciona las palabras "sale a remate la Cruz", el patio enmudece. Nadie habla y sólo se escucha las voces de los pujadores.