Las obras de remodelación de la GC-500 a su paso por Arguineguín perjudican el tejido comercial del principal núcleo de población de Mogán. Los empresarios de la zona aseguran que las reformas del vial, que se ejecutan desde junio del año pasado, han reducido hasta en un 40% su volumen de facturación. El proyecto, que tuvo que ser modificado por el gobierno de Onalia Bueno tras su llegada a las casas consistoriales por presentar errores técnicos, supone un desembolso de más de un millón y medio de euros.

La circulación de vehículos y peatones en la carretera general de Arguineguín se ha convertido en este último año en una pesadilla. En un principio las obras, adjudicadas durante el mandato anterior, contaban con un plazo de ejecución de cinco meses y un presupuesto de 1,5 millones de euros. Sin embargo, a día de hoy continúan inacabadas y su fondo de previsiones se ha disparado en 100.000 euros.

Este "caos" ha provocado que comerciantes veteranos en la zona, como la Joyería Elios, se planteen incluso el cierre de su negocio. La pérdida de clientes provocada por las obras le aboca a un futuro incierto que atenta contra la rentabilidad de su negocio. No son los únicos. Los responsables de la estación de servicio BP destacan que los desvíos del tráfico rodado son "insoportables", sobre todo entre el tramo que discurre entre el barranco de Pino Seco y la rotonda conocida como la Cola de la Ballena.

Aunque el proyecto inicial contemplaba la construcción de aceras, la instalación de nuevas paradas de guaguas y la habilitación de zonas verdes, lo cierto es que hoy por hoy la iniciativa solo produce "tráfico incontrolado, escombros por doquier y pérdidas para todo el municipio".

El pasado mes de enero el concejal de Obras Públicas, Ernesto Hernández, anunció que como mínimo los trabajos se prolongarían hasta el próximo mes de abril.

Estos retrasos han sido motivados por modificaciones en un primer plan de trabajo que no contemplaba la canalización de servicios básicos en la zona, como el suministro de electricidad o la conexión a pozos de saneamiento.

Estos errores técnicos además han originado cambios en el proyecto vinculados a los materiales y las dimensiones de las infraestructuras. El Ayuntamiento ha tenido que sustituir los adoquines de canto que en sus inicios se iban a emplear en la obra ya que los anteriores "no resistían el tráfico continuo de vehículos pesados, como guaguas o camiones". Sin olvidar que se ha tenido que reducir considerablemente la longitud del muro de contención en la zona de la Policía Local y del Centro Comercial Áncora ante el riesgo de posibles descalces de esta último edificio.

Los empresarios de la zona exigen a la Administración la puesta en marcha de medidas urgentes para paliar los daños que este proyecto fallido está causando a su alrededor. El colectivo tacha de "vergonzoso" el estado de las obras y recuerda que esta "desidia" afecta directamente a la imagen turística del municipio, que vive sus meses de temporada alta de visitantes.

Las obras de la calle Saulo Torón, a escasos metros de distancia de la GC-500, tal y como denunció en repetidas ocasiones el grupo de Nueva Canarias esta semana, perjudica también a los comerciantes de esta vía. La colocación de una malla, además, atenta contra la seguridad de los vecinos ya que dificulta el acceso a cualquier vehículo de emergencia a la zona. La ejecución de esta obra también excede los plazos previstos.