La Asociación de Criadores y Exportadores de Cochinilla de las Islas Canarias (Acecican) solicitó ayer al Gobierno autónomo y a los cabildos que se impliquen en la recuperación de un mínimo de 200 hectáreas de tierras abandonadas para reactivar el sector, en un plan que pretende generar unos 500 puestos de trabajo en el conjunto del Archipiélago.

Una vez obtenida la Denominación de Origen Protegida (DOP), los productores isleños se entrevistaron con el viceconsejero de Agricultura del Ejecutivo regional, Abel Morales, para pedirle que el cultivo de la cochinilla se incluya en las ayudas del Plan de Desarrollo Rural 2014-2020, según informó el presidente de la Asociación, Lorenzo Pérez, quien consideró que los criadores solo necesitan "un empujón" de las administraciones públicas para reactivar los cultivos y las exportaciones.

Lorenzo Pérez explicó que el pasado 16 de febrero de 2016 supuso "un antes y un después para el sector", con el reconocimiento definitivo de Bruselas, que aceptó la inscripción de la Cochinilla de Canarias en el Registro Comunitario de las Denominaciones de Origen.

"Ese día se cumplió un sueño en realidad, la ilusión de un proyecto que nació del emprendimiento y que se ha convertido en la esperanza para la revitalización definitiva de un cultivo histórico, tradicional y con gran repercusión económica para nuestro Archipiélago", declaró el presidente de Aceican, quien recordó que esta actividad agrícola "estaba abandonada por completo", con solo algunas plantaciones en Lanzarote, Gran Canaria, Tenerife y La Palma.

Pérez, un joven agricultor del barrio de La Suerte y promotor de la DOP de la cochinilla canaria ante las instituciones españolas y europeas, presentó al viceconsejero regional de Agricultura la estrategia de la asociación, que "busca consolidar las producciones isleñas en los mercados internacionales, ofreciendo, por un lado, un producto único en el mundo, y por otro, una potencial generación de al menos 500 nuevos puestos de trabajo en el sector".

Cosecheros

"Para ello", agregó, "debemos formar parte del paraguas financiero del Posei, donde nuestro Gobierno debe comenzar a elaborar y gestionar el presupuesto para que cada cosechero obtenga un sueldo digno por hectárea cultivada bajo la Denominación de Origen". La estrategia busca "revitalizar al menos 200 hectáreas en proporciones de igualdad para las siete Islas Canarias". Se pretenden reactivar tierras en estado de abandono, principalmente, y es ahí donde los cabildos insulares "tienen que entrar en escena", comentó del presidente de Acecican.

Tras resaltar que es la primera vez que la Viceconsejería de Agricultura escucha las propuestas del sector, lo agradeció "enormemente", Pérez dijo que su organización está "totalmente convencida de que con el apoyo de la Administración el camino que depara esta DOP será muy esperanzador para Canarias y la consolidación definitiva del sector".

Las denominaciones de origen, apuntó, constituyen herramientas de creación de valor en zonas rurales. A través de ellas se consigue proteger la calidad agroalimentaria y a los consumidores a través de una mejor información en relación con los métodos de producción y certificación del origen del producto, y se favorece también el desarrollo del medio rural posibilitando a los productores un mejor acceso al mercado, la protección del medio ambiente por la potenciación de métodos de producción más naturales y la sostenibilidad en el uso de los factores de producción. Las denominaciones de origen también constituyen un elemento de redistribución del valor añadido a lo largo de la cadena de la producción.

El escudo y logotipo de la DOP Cochinilla de Canarias, registrado en la Oficina Oficial de Patentes y Marcas del Ministerio de Industria y Comercio, recoge la esencia del cultivo, una tunera con siete pencas con cochinilla haciendo referencia a las siete Islas y en el fondo del mismo los colores de la bandera de Canarias haciendo referencia al ámbito geográfico.