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Mogán

"Es de miopes pensar que el rap es una música que solo escuchan los jóvenes"

"Creo que Canarias va por delante de la Península en cuanto a aceptación y variedad de estilos en hip hop", asegura El Chojin, cantante y compositor de rap

"Es de miopes pensar que el rap es una música que solo escuchan los jóvenes"

Antes de dedicarse a la música estudió Ingeniería Aeronáutica. ¿Por qué finalmente optó por ganarse la vida tras el micrófono?

Realmente no fue una decisión premeditada. Comencé a rapear con 13 años, cuando aún nadie lo hacía. Sin darme cuenta, lo que en principio era un juego, con el tiempo terminó por convertirse en algo más serio. Un día decidí intentarlo y en la actualidad ya tengo 13 discos en el mercado. El próximo 12 de abril, además, sacamos una nueva maqueta.

Se llama Domingo Antonio Edjang Moreno, mundialmente conocido como El Chojin

El Chojin es el nombre del protagonista de una película japonesa. Una especie de dios de una saga que mezcla contenidos pornográficos y gore (sangrientos). En el barrio solíamos verla cuando tenía 17 años. Con el tiempo, por molestar, mis amigos me apodaron con ese nombre y con él me quedé.

Sus rimas suelen versar sobre temas sociales, como el acoso escolar o la no violencia. ¿Considera que el rap es un buen canal para inculcar valores morales entre los jóvenes?

La música es un buen canal para transmitir valores en general, no solo a las nuevas generaciones. Es de miopes pensar que el rap es una música que solo escuchan los jóvenes. No tiene género, nacionalidad ni edad. Y es la manera en la que transmito mi filosofía vital. Trato de dar luz a los problemas que existen en la sociedad, ya sea violencia por género o por el color de la piel.

La inmigración y el racismo son temas recurrentes en sus letras. ¿Tiene algo que ver que su padre haya nacido en Guinea Ecuatorial?

Sin duda. La inmigración y el racismo son temas que me tocan muy de cerca. Vivimos en una sociedad que se siente blanca y actúa como tal. Y a lo largo de mi vida he presenciado muchos episodios racistas. La gente marca distancias con el resto. Crean barreras artificiales para justificar que son diferentes y les cuesta aceptar a personas de otras culturas. Es una realidad cotidiana que creo que hay que afrontar. Yo lo hago con mi música, de forma honesta. Porque es el rap que aprendí y forma parte de mi filosofía de vida.

El próximo sábado 16 de abril ofrece un concierto en Mogán. En este municipio conviven de manera pacífica diferentes culturas desde hace décadas. ¿Cree que el buen clima y la tranquilidad que se respira en el Sur influyen de alguna manera en este fenómeno?

Puede ser, la verdad es que no conozco la realidad de este municipio porque nunca he estado allí. Si es así, es digno de envidiar. Aunque también hay que destacar que no tiene el mismo mérito que dos noruegos, que comparten un mismo patrón europeo, convivan de manera pacífica a que lo haga un alemán con un senegalés o un argelino. Habrá que preguntarle a la comunidad africana que vive en Mogán, si realmente es así.

¿Es la primera vez que actúa en Gran Canaria?

No, ¡qué va! He ido muchas veces. De hecho, me conozco todas las Islas. Y siempre que vuelvo de Canarias, me quiero quedar. Me parece un micromundo, cercano a Latinoamérica y a la vez a África. Tiene un acento distinto y una forma de entender la moda también diferente. Y eso hace que durante los conciertos también experimente sensaciones distintas.

Esta vez se estrena en Arguineguín con un taller que se presenta bajo el nombre de Bienvenido a un buen club

Se trata de un concierto íntimo al que asistirán solo 50 personas. Durante el espectáculo el público podrá formularme preguntas de todo tipo, desde filosóficas hasta políticas pasando por el ámbito personal. Lo importante es que la gente interactúe y que de alguna manera pueda conocerme un poco más.

¿Qué beneficios le aporta una iniciativa de este tipo?

Cuando una persona lleva muchos años sobre los escenarios, a dos metros del suelo, pierde en ocasiones la perspectiva. Ya no ve personas en el público, sino bultos. A mi pasó durante un tiempo y un día durante una gira tuve una revelación: me estaba perdiendo el contacto directo con la gente. Me lo recriminé y entonces decidí poner en marcha este tipo de actividad. Creo que con este taller ganamos todos. El público, porque conoce al artista, y el cantante porque vuelve a sentir nervios en el estómago antes de salir a escena.

¿Goza de gran aceptación el hip hop en Canarias?

No solo de gran aceptación entre el público, sino creo que va por delante de la Península en cuanto a diversidad de estilos se refiere. Nunca olvidaré la primera vez que actué en Gran Canaria. Fue en 1998 y ya entonces se podía observar entre el público una paridad entre mujeres y hombres completamente nueva para mi. No se trataba de chicas, que venían a acompañar a sus novios, sino de mujeres a las que le gustaba el hip hop. El rap ha sido considerado durante la historia como un club exclusivo de hombres, pero en las Islas no es así. Además, lo que me gusta de las fiestas isleñas es que compagina varios estilos de música. En Madrid, si vas a una fiesta de rap, probablemente solo escucharás ese tipo de música toda la noche. En Canarias, sin embargo, los ritmos se mezclan con latinos, jazz o cualquier otro estilo.

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