"Guía de Isora. Todo vendido. Gracias San Mateo". Así se despedían los responsables del puesto del municipio tinerfeño con un gran cartel de agradecimiento cuando aún no empezaba la tarde de ayer, de la V Feria Institucional de Canarias de Productos de la Tierra celebrada este fin de semana en la Vega de San Mateo, dos jornadas en las que, según informaba el alcalde de la localidad, Antonio Ortega, se superaron todas las previsiones.

Ortega ponía como ejemplo la oferta de Global, que a través de la Autoridad Única del Transporte, ofrecía una tarjeta de ida y vuelta a la capital con un precio reducido que se agotaron el mismo sábado, de forma que "la empresa estuvo hasta las tantas de la noche imprimiendo nuevos bonos".

Y si para ese sábado desplegaron ocho guaguas extra, para el domingo tuvieron que sacar la artillería gruesa, con doce vehículos subiendo y bajando sin escalas de por medio.

También el municipio de El Tanque, que se presentó con un rosario de panes exóticos regresó con dos furgonetas vacías a Tenerife, y algo igual le sucedía a una delegación de La Palma, que se quedó sin una sola botella de vino, o a la embajada de Tetir, en Fuerteventura, que solicitaba por favor que los volvieran a convocar para la próxima.

Además de la Feria, también se montaba un overbooking en la vecina nave que acoge el tradicional mercado dominical, a la que solo separaban el gran escenario donde La Trova, quizá para abrir el apetito, probaba voces, instrumentos y el sistema de audio con el tema Devórame otra vez.

Por si la parranda no fuera poca, más allá se celebraban los bailes con música en directo que congregan cada domingo a cientos de personas, con la chiquillería brincando en los castillos hinchables anexos y en una suerte de remo interestelar que lanzaba a los enanos al espacio aéreo de San Mateo. A eso había que añadir la IV Fotográfica San Mateo 2016, una macroexposición que ofrecía en la Casa de la Juventud, en la sala de exposiciones La Caldereta y en el Local Social de Vega de San Mateo la obra de medio centenar de fotógrafos, con un programa que incluía talleres y conferencias.

La suma de todo ello provocó al filo de las dos de la tarde el taponamiento de San Mateo por los cuatro puntos cardinales, donde había que aparcar a más de tres kilómetros de distancia del centro urbano si se quería visitar alguna de las tantas novelerías.

Restaurantes, bares y terrazas no daban abasto, y el vecindario del municipio se frotaba las manos, como Francisco Suárez, del propio pueblo, que salía provisto con golosas bolsas con dulces de Tejeda y, que también colaboró con los de Guía de Isora a vaciarlelas alacenas y bizcochos de Moya, y todo sin tener que coger un vehículo. Suárez resumía la situación como la que "le da la vida a un pueblo" que hace caja cada fin de semana con su mercado agrícola y sus actuaciones de domingo, y que con esta nueva feria le otorga un impulso más.

En este aspecto insistía de nuevo Antonio Ortega en la idea que le lanzó al Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, durante el acto de inauguración del sábado, la de reunir en la localidad las producciones de las islas de Azores, Madeira, Cabo Verde y Canarias en la que sería la primera feria de Macaronesia. Una iniciativa que, además de hacer economía, también haría piña entre los cuatro territorios alejados del continente, en un momento en el que la UE se plantea rebajar las ayudas a las regiones ultraperiféricas.

El siguiente paso que dará el grupo de gobierno municipal, según detalló, será el de trasladar esta propuesta por escrito al viceconsejero de Industria, Comercio y Energía del Gobierno de Canarias, Adrián Mendoza, "ya que entendemos que el interlocutor indicados es el ejecutivo regional".

El contenido de esa feria también tendría, según Ortega, un impacto extra, "al fin y al cabo son islas con una flora y una fauna única, con productos de primera calidad reconocidos en el mundo", que no tienen nada que envidiar, sino todo lo contrario, a las producciones del continente.