Serafín Herrera (1952, Castillo de El Romeral) es una de esas personas que cree que "el secreto" para que una empresa prospere reside simplemente en el "trabajo diario". Confiesa que se quita el sombrero por los 252 empleados que componen la plantilla de Avia Car, empresa que fundó en 1991 en Playa del Inglés, y que no encuentra "razón alguna para cambiar las cosas si realmente funcionan". El empresario, quien recibirá el próximo 11 de mayo por cuarto año consecutivo el galardón a mejor compañía de alquiler de vehículos que concede el turoperador Tui a nivel mundial, comenzó a ganarse la vida en el sector de lavacoches en los bajos del centro comercial Nilo por solo 12.000 pesetas al mes. Hoy su compañía factura 23 millones de euros al año y cuenta con un total de 26 oficinas distribuidas en el Archipiélago y Portugal.
Tras una sonrisa amable y gesto humilde se esconde un hombre "sencillo", al que el éxito empresarial "no le quita el sueño" ni tampoco tiempo para caminar "una hora diaria" antes de comenzar la jornada laboral. Su color de piel, tostada del sol, rinde homenaje a sus orígenes aparceros.
Herrera es el noveno de 10 hermanos. Su padre era salinero en Castillo de El Romeral y su madre, como buena "ama de casa", una todoterreno. Apenas había cumplido los 10 años de edad, cuando comenzó a trabajar en la zafra de tomates en los invernaderos de Pozo Izquierdo. En sus años mozos hizo sus pinitos como árbitro de fútbol, pero no fue con la pelota precisamente con la que terminó ganándose la vida.
En el sótano del centro comercial Nilo de San Fernando, allí donde el sol no logra colarse ni por asomo, Herrera comenzó su andadura en el sector del alquiler de coches a turistas. Al principio su función se limitaba a lavar los vehículos que dejaban en la oficina los clientes. Cobrara 12.000 de las antiguas pesetas, redondas, ya que nunca cobró ni un céntimo de propina. Con el tiempo y motivado por hacerse entender con los visitantes, Herrera estudió alemán en un pequeño colegio de la zona. Un día el azar quiso que su jefe necesitara sus conocimientos lingüísticos para atenderse con los clientes. Aquel episodio le costó un ascenso al departamento de administración de la empresa y años más tarde al puesto de director comercial.
Con solo 198.580 pesetas en el bolsillo y animado por su superior, Herrera decidió alzar el vuelo en solitario. El 14 de enero de 1991 abrió las puertas de su propia empresa bajo el nombre de Avia Car. Por aquel entonces solo contaba con una flota de ocho Opel Corsa, de los cuales uno quedó "casi siniestro" tras sufrir un accidente de la mano de su primer cliente. "Peor que esto, ya no me puede pasar nada más", pensó Herrera. Sin embargo, se equivocó. En 1992 la crisis del petróleo, que afectó entre otros sectores al precio de los billetes aéreos, mantuvo sus cuentas en jaque durante al menos dos temporadas turísticas. "Sus contactos con los turoperadores" y su buen hacer lograron revertir la situación de forma progresiva hasta experimentar la empresa "en los últimos ocho años un crecimiento del 60%".
En la actualidad, Avia Car cuenta con una flota de 5.987 vehículos y una plantilla de 252 empleados. Alcanza una facturación anual de 23 millones de euros y una red de 26 oficinas distribuida entre las siete islas del Archipiélago.
El 14 de enero del año pasado, misma fecha en la que inauguró su oficina central de Playa del Inglés, Herrera decidió expandir su negocio a Portugal, en concreto, a Madeira y la zona del Algarve.
De las 60.000 reservas de clientes que gestiona al año, solo recibe 17 reclamaciones. "Y ninguna de ellas registrada en el país vecino". La calidad de sus servicios, valorada por turistas alemanes, belgas y holandeses, principalmente, destaca entre más de un centenar de empresas del sector a nivel internacional. Es por ello por lo que el turoperador Tui le ha otorgado este año, y ya van cuatro consecutivos, el premio a mejor empresa de alquiler de coches del mundo. A este galardón hay que sumarle el reconocimiento que recibió también de manos del operador alemán en 2008 y 2010.
Herrera, quien no tiene intención de retirarse todavía, proyecta abrir el próximo 1 de noviembre dos naves anexas en el polígono industrial de Miller Bajo, en las Palmas de Gran Canaria. Una de ellas se convertirá en el nuevo concesionario de la marca Porsche en la Isla, hasta ahora en manos del grupo Flick, y la otra estará destinada a la venta de vehículos de ocasión.
