El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, aseguró ayer viernes que la isla es donde "mayor" concentración de grabaciones de triángulos púbicos prehistóricos del mundo hay, afirmando que se trata de una de las "muchas" cualidades arqueoastronómicas que avalan el camino de Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña para ser declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, objetivo por el que la institución insular apuesta.

Al respecto, explica que las formas púbicas están relacionadas con la feminidad, la maternidad y la matriarcalidad de la sociedad grancanaria, donde las mujeres transmitían la herencia y el poder, según informó el Cabildo grancanario en nota de prensa.

Para el presidente grancanario el conocimiento cosmológico de los aborígenes grancanarios "es absolutamente extraordinario", apuntando que de hecho una de las acciones emprendidas "es la grabación ininterrumpida del camino de la luz para averiguar cómo los primeros pobladores fueron capaces de construir conscientemente este sofisticado marcador astronómico".

Morales ha estado visitando este viernes el conjunto de Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña que abarca la caldera de Tejeda y parte de su desborde hacia el norte, donde estuvieron presente expertos que dirigen los trabajos, así como el consejero insular de Medio Ambiente, Juan Manuel Brito; la consejera insular de Turismo, Inés Jiménez; el consejero insular de Cultura, Carlos Ruiz; y al alcalde de Artenara, Roberto García.

En este sentido, el responsable del expediente para su declaración, Cipriano Marín, destacan que la "joya" de este conjunto es el templo de Risco Caído, una cueva sagrada con una cúpula "perfecta" que contiene otra "maravilla excepcional", marcadores equinocciales y solsticiales, de tal forma que por sus características dice que "ya se puede asegurar que se trata de un templo astronómico único en las islas del planeta".

Además, Marín, que fue doce años secretario general del Consejo Científico Internacional de Islas de la Unesco, indicó que se trata de un espacio que se intuye construido por los faycanes y estaba reservado para las mujeres, donde las sacerdotisas o harimaguadas las iniciaban en el engorde y su preparación para la concepción aunque, afirmó, que "aún guarda muchos secretos sin desvelar que serán objeto de distintas líneas de investigación". Así, se explica como los aborígenes consiguieron que la luz solar entre en la cueva cada año el equinoccio de primavera.