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Arucas

Carmen Nieto: "Mi relato se desarrolla en Cardones y trata sobre los conflictos sin resolver"

"El hilo conductor de la novela es la cocina, se apoya en el tema culinario para ir hilando la trama", manifiesta la asesora fiscal y autora de 'Las truchas sin freír?

Carmen J. Nieto, el jueves en el parque Doramas de Las Palmas de Gran Canaria. JUAN CARLOS CASTRO

Es su primera novela, aunque escribe desde hace años.

Sí, llevo escribiendo desde siempre, en realidad desde que era pequeña, desde que estaba en el colegio. Lo primero que gané fue un concurso en un instituto de Gran Tarajal, donde estudié en Fuerteventura.

Pero usted nació en Cardones.

Sí, pero estuve viviendo en varios sitios porque mi padre era agente de la Guardia Civil y lo destinaron de un sitio a otro. Yo he estado en cuatro colegios. También estuve en Fraga (Huesca), que está en la frontera entre Aragón y Cataluña. Luego nos venimos a Canarias porque mi madre es de Cardones y quería regresar. Más tarde viví en Fuerteventura, desde los nueve años hasta los dieciocho, que ya salí para estudiar en la universidad. Estuve en el Valle de Arán, en Barcelona y en Inglaterra en la época universitaria. Una de mis aficiones es viajar.

El título del libro es 'Las truchas sin freír'.

Sí, es una novela corta de 132 páginas que se ha publicado mediante micromecenazgo o crowdfunding: la gente ha puesto dinero para la edición del libro. Ya está publicado.

¿Quiénes han hecho de mecenas?

La librería Canaima, por ejemplo. Allí se podrá comprar el libro. En la librería Andrómeda de Fuerteventura también se puede comprar. Y en la página de Canariasebook y en cualquier librería que quieras, que a su vez se la suministrará la distribuidora.

Realmente usted es asesora fiscal.

Sí. Mi formación académica ha tirado por ciencias exactas, pero siempre he tenido la afición de escribir, como el que es aficionado a pintar o a la escultura. Siempre he estado metida en talleres de escritura creativa, en concursos literarios, aprendiendo a escribir. He hecho mis pinitos, me he presentado a cosas y tengo mucho escrito.

¿Y este salto a qué se debe?

Ahora, por razones personales, me propuse como reto escribir una novela corta. La familia me animó a publicar, pero a mí me da pudor recibir dinero de esto que al fin y a cabo a mí me da mucha satisfacción. Surgió la idea porque hoy en día no solo hay crisis material sino una gran crisis educativa y no se da tanta importancia como se daba antes. Así surgió la idea de financiar clases de apoyo para niños que tienen problemas para superar la etapa de sexto a secundaria, sobre todo, que son los que más peligro corren. Queremos financiar esas clases con los beneficios del libro. Yo no me voy a quedar con nada. Todo lo que se recaude como derechos de autor irá al proyecto de las clases de apoyo.

Una buena iniciativa cultural y solidaria.

Sobre todo porque cuando buscamos iniciativas solidarias siempre pensamos en la comida y la ropa, pero la educación es muy importante, y de eso poco nos acordamos.

¿Por qué firma CJ Nieto?

Porque mi nombre es Carmen Joaquina Nieto. Firmo CJ Nieto como una especie de pseudónimo. Muchos escritores no firman con su nombre verdadero. Lo de CJ Nieto se le ocurrió a mi hija. Mi familia me llama Carmina, pero mi hija es muy fan de Harry Potter, cuya autora firma como JK Rowling. Me dijo que pusiera mis iniciales como ella y me gustó.

¿El título del libro tiene que ver con sus vivencias infantiles y familiares?

El tema del relato es lo inacabado, todas las cosas que dejamos sin terminar, los conflictos sin resolver, todo lo que queda por concluir. Ese es el hilo conductor de la novela. Las truchas sin freír es como algo que no has terminado y que está esperando ser concluido.

El relato está ambientado en su pueblo natal.

Sí, está ambientada en Montaña de Cardones, de donde es mi madre. Era un relato que me resultaba fácil al escribir sobre un sitio que conozco bien. Y el hilo conductor es la cocina, se apoya en el tema culinario para ir hilando la trama.

¿La historia es real?

No, es totalmente ficticia, cien por cien. Hay cosas que me han contado y que aprovecho, pero la historia no está basada en hechos reales, la trama es totalmente ficticia.

Trata de las andanzas de una familia del pueblo.

Trata de una familia desde la década de 1950 hasta los años 80. Son tres generaciones de la familia, los cambios que van sucediendo, las cosas que quedan sin resolver, de personas de las que nadie habla, aquel tío que nadie conoce.

¿Tiene tiempo libre una asesora fiscal para dedicarlo a la literatura?

La verdad es que no. Esto ha sido robado al sueño y a los fines de semana de mi marido y mi hija, pero era algo que quería hacer. Para mí es un deporte mental porque yo estoy todo el día con números y cosas más frías. Escribir una novela te pone en otra situación, te despeja la mente, te hace estar ocupada en otra cosa.

¿Pretende vivir de la literatura o de la asesoría fiscal?

De la asesoría fiscal. La literatura no es para vivir, la literatura es otra cosa. Es para recrearse. Es como cuando pintas un cuadro y lo pones en una exposición para que todo el mundo lo vea y lo disfrute. Y si de esa exposición se saca algo benéfico, mejor, pero esa es otra historia.

Usted, entonces, es una asesora fiscal vocacional.

Sí, por supuesto.

Tampoco vamos a destripar la novela ahora.

No, no vamos a destriparla. A la gente que la ha leído la ha enganchado bastante. Es una historia en la que todo el mundo se va a ver reconocido porque es muy nuestra, y a la vez se puede leer en cualquier sitio que no sea Canarias ni Cardones.

¿Cuándo tiempo tardó en escribirla?

Tardé un año porque no puedo dedicar mucho tiempo a la escritura. Aprovechaba los fines de semana en casa, pero disfrutando porque te metes en el mundo de esos personajes que parece que son de verdad. Yo creo que los escritores tenemos un poco de locos. En mi casa hablábamos de los personajes de la novela como si fueran de la familia.

¿Le costó mucho parir su primera novela publicada?

Yo soy muy rigurosa a la hora de escribir. En la novela se hablaba de algunos modelos de coches y yo me aseguraba de que esos modelos existían en esa época y en esos sitios. Me aseguraba que en determinada época del año se podía cortar plátanos. Me dejaron un libro que se llama 'El cultivo del plátano en Canarias' y yo lo leí para escribir una frase en la novela. Por lo menos me quedaba tranquila.

También se le nota una complicidad con Cardones.

Hay una complicidad con Cardones, con determinadas fiestas que también a mí me ayudan para escribir figuradamente. Yo uso mucho la figuración. Hay momentos en los que, por ejemplo, la protagonista está haciendo el arroz con leche y no saca la parte quemada del fondo; lo que trato de narrar es que ella estaba quemada y que nunca demostró que lo estaba. Hablo de la quema de Judas, de los carnavales, las navidades, para dar sentido a lo que ocurre en la novela. He vuelto medio loco a todo Cardones preguntando cosas.

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