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Guía XVIII Cata Insular de Queso de Flor

Aferrada a una saga quesera

Davinia Moreno combina estudios de Veterinaria con las labores ganaderas - Guía y Gáldar acaparan los premios especiales

"Busco tiempo donde no lo hay, porque quiero seguir con mis estudios y también continuar elaborando queso. Mi idea es seguir la tradición que he vivido desde pequeña porque se han dedicado a ella mis padres y mis abuelos", relataba ayer la joven Davinia Moreno Gil. Estudiante de cuarto de Veterinaria y artesana quesera de Caideros de Gáldar, daba a degustar y vendía en un puesto ubicado en la Plaza de Guía trozos o piezas enteros de la variedad de la producción familiar. Con unos 100 kilos acudieron los Moreno Gil a la Feria del Queso de Guía, en la que incluso se alzaron con un premio en la categoría de Cuajo Vegetal en la XVIII Cata Insular de Quesos de Flor en la que competían con veintiún productores de la Isla.

Hasta 25 kilos diarios, en los momentos álgidos, produce la quesería de esta saga ganadera, El Montañón de Gáldar, y para lograrlo cuentan con 200 ovejas, 40 cabras y dos vacas. Y aunque los padres siguen implicados en la faena, por eso de que lo llevan en la sangre, pues también tuvieron sus propios rebaños, hoy día son los hijos, según explicó Davinia, los que han tomado las riendas. De hecho, contó que su hermano David estaba dando de comer al ganado, mientras Adán les ayudaba a ella y a su madre, Flora Gil, que ha sido su maestra, a vender en esta muestra de Guía.

Esta joven no es la única mujer que ha tenido que tomar el testigo de esta ocupación familiar en el Norte de la Isla. Milagrosa Moreno Díaz, de Montaña Alta de Guía, con casi dos décadas de experiencia, se ha convertido en una quesera de éxito y no por herencia directa. En su caso fue su suegra, Máxima Domínguez Mendoza, la que le enseñó a elaborar todas las variedades: semicurados, curados, tiernos, de flor y media flor, con leche de vaca, oveja y cabra. "No me quedó más opción que aprender porque mi marido se hizo cargo de los animales y los terrenos de su padre", comentó. Apenas tenía tiempo para hablar, porque a mediodía la clientela la reclamaba. Según confesó, esperaba vender unos 200 kilos en la feria, pero había llevado unos 300 kilos "por si acaso se quedaba corta".

Después de la una de la tarde, justo cuando la agrupación Cumbre Nueva de La Palma ponía la nota folclórica, la Plaza de Guía se había convertido en la capital ganadera de la Isla. Hasta Tejeda tenía representación en este certamen. José León García, ataviado con su cachorro, apuntó que este era su tercer año, y estaba contento con la venta. Añadió que la producción había sido buena y para dar fe daba a probar un trozo de los semicurados que tenía a mano.

En este trasiego de degustar y llevarse algo a casa estaban María del Carmen Díaz Suárez, de Firgas, o José León, de Teror, o Juan Carlos Pérez y sus amigos, de la capital grancanaria, mientras que otros como Victoria Moreno Sosa o Juan Manuel Mederos, catador que declaró que "hace tiempo que no encuentra un solo queso ruin dada la calidad que han adquirido", habían ido a pasar el día, porque al residir en este pago les queda cerca eso de tener el mejor producto ganadero en la despensa.

Más allá de la Plaza, en la Casa de la Cultura la fiesta tenía otros sabores. El Túnel de la Degustación hizo que este lugar fuera todo un experimento para los paladares más exigentes. Arroz cremoso con pesto elaborado con queso de flor y albahaca; hojaldre de setas, langostinos y queso; bocadillos de plátanos, chorizo de Teror, berros, y queso con cebolla caramelizada; croquetas con queso, mermelada de tomate y frutos secos; rollitos de queso con higos; hamburguesa de chorizo negro y crema de queso; y de postre tarta que queso con arándanos, o de zanahoria con crema de queso. Por un euro y medio se podían comer estos platos que con mucho mimo prepararon los alumnos del ciclo formativo de Grado Medio de Cocina y Gastronomía del IES de Guía. Marcos Pérez, uno de los profesores, que ponía un poco de control en la salida de tanta delicia, apuntó que la estrella del día eran los bocadillos de chorizo y queso, aunque lo cierto es que el público confesaba que "estaba todo riquísimo".

En la misma Casa de la Cultura, en la sala contigua a este patio de olores y sensaciones nutritivas, unos quince catadores se empeñaban en la complicada labor de decidir entre un total de 40 quesos, de veintiún queserías de la Isla, a cuáles les otorgan los premios. Por allí se acercó el alcalde de Guía, Pedro Rodríguez, que señaló que la cata estaba siendo explicaba por un técnico para que los asistentes supieran las variedades que competían y porqué de repente estaban probando piezas y más tarde las dejaban y comían un trozo de manzana.

Finalmente, y pese a que todos estaban para ganar un galardón, se llevaron el premio especial a la Denominación de Origen Protegida el queso de Guía del Cortijo de Pavón; y el de flor y media flor de Guía fue para el Cortijo de Caideros (Gáldar). En la categoría de semicurados la quesería El Cortijo de las Hoyas (Moya) obtuvo el primer premio y Quesos Los Dragos (Moya) el segundo. El tercer premio fue para Roque Grande (Valsequillo). La quesería El Buen Pastor (Santa Lucía) obtuvo el primer premio en curados, el segundo premio fue para Cortijo de Pavón ( Guía) y el tercero para Cortijo de Caideros (Gáldar).

En la categoría de mezcla de cuajos (media flor) el primer premio fue para Cortijo de Caideros; el segundo para Quesos Las Mesas (Gáldar) y el tercer premio para Cortijo de Pavón (Guía). Por último, en la categoría cuajo vegetaflor) el primer premio lo obtuvo Cortijo de Caideros, el segundo Cortijo El Montañón (Gáldar) y el tercero fue para Quesería Campo de Guía.

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