Pilar Suárez y Juana Santana comandan en Moya el bar de toda la vida llamado Casa Juana. Son suspiros, bizcochos, cafés largos y cortos y género de ultramarinos. Ayer, en el tranquilo establecimiento de la calle principal se agolpaban fuera 3.000 nuevos potenciales clientes, toda una tropa procedente de 52 centros educativos de la isla que llenaron de vida la villa norteña para regocijo de la población local.
La propia Suárez definía a la parroquia estudiantil como "el futuro del país", mientras las alumnas del instituto de Ingenio Elena Santana y Belén Rivero echaban un ojo a la coqueta Casa Juana, factoría ayer del despacho de la acreditada repostería de la localidad y de unos bocadillos "con Denominación de Origen", que portaban el no menos afamado queso de las medianías del norte.
Por las cuatro esquinas de Moya fluía sangre nueva, en forma de conciertos, de exposiciones, de talleres de reciclaje y de igualdad, o experimentos de física, y muestras de cortos o de las aplicaciones de móvil ideadas por los propios alumnos.
Todo esto bajo el epígrafe del XXIII Encuentro Insular de Educación Secundaria, una iniciativa única en Canarias, por la que los alumnos "te cortan la cabeza si no los llevas" según sostiene David Pedrós, profesor de Plástica y uno de los coordinadores de la enorme exposición que se inauguró en la Casa de la Cultura con los trabajos de buena parte de esos miles de estudiantes.
La logística para organizar las casi cien guaguas que llevó a los alumnos hasta la villa desde primeras horas de la mañana y las decenas de operativos de la Guardia Civil, Protección Civil, de la Policía Local, que trabajaron por su seguridad, combinado con la apertura de todos los centros culturales y deportivos además del cierre de calles y la disposición de aparcamientos, lleva detrás una logística "de meses", según informaba el propio Pedrós en aquella casa de la cultura que funcionaba a todo motor, en un trajín conjunto que implicó al Ayuntamiento de Moya, a una comisión de vicedirectores de los centros que participaron en la cita, y la dirección general de Promoción Educativa del Gobierno de Canarias. Sin olvidar el protagonismo de los propios alumnos.
Como Natalia Oramas, Queen Casanova o Salima Abrante, del instituto Primero de Mayo y en el cuarto curso de la ESO. Las tres sorprendían en la entrada de la muestra con un atractivo cardumen de aguavivas colgando del techo, confeccionado con puro material de reciclaje. Poco más allá otro grupo de alumnos de La Minilla ofrecían todo un elenco de información sobre el Erasmus.
Más allá, en las canchas, un concierto de música ponía la banda sonora al centro de la localidad, mientras terrazas, tiendas y parques bullían de vida alrededor de una interminable cadena de puestos en los que se ofrecían trabajos artesanos o se radiaba en directo las entrevistas a profesores, participanes y algún que otro moyense encantado de la visita.
Como el propio alcalde, Poli Suárez, que en la apertura de la jornada en el Anfiteatro Municipal del Parque Pico Lomito no perdió la oportunidad de agradecer a la organización el haber elegido a Moya como municipio anfitrión para este encuentro, al que también acudió la consejera de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias, Soledad Monzón, y quién a tenor de su discurso tomó nota de la iniciativa para tratar de extenderla, con el respaldo de su Ejecutivo, según expresó, por el resto del archipiélago.
Y es que Monzón aseveraba ayer que " este tipo de actos fomenta la convivencia entre los alumnos y también entre el personal docente y los equipos directivos de los centros, por lo que es muy importante apoyarlo".
Francisca Vega es la coordinadora de la Comisión de Vicedirectores que han centralizado todos los trabajos, para llegar a meta de ayer y explicaba que estos encuentros comenzaron con el objetivo de convertirse "desde sus orígenes en una fiesta de la juventud en la que los alumnos se relacionen con compañeros de otros centros y que compartan sus habilidades y conocimientos entre ellos".
Un ejemplo de esto último fue la puesta en escena de una coral también de la villa de Ingenio, que arrancó los aplausos del público con una sorprendente interpretación del tema Roar del Katy Perry.
Y es que el catálogo de novelerías de fundamento era prácticamente imposible de abarcar, al añadirse competiciones de cualquier pelaje, desde fútbol sala, balonmano, baloncesto, crossfit, defensa personal o el ajedrez.
Pero aún hay más, como las batucadas, cuatro, de alumnos de los centros de Santa Brígida, Tamaraceite, del aruquense Santiago Santana, y el centro Pablo Montesinos, de la capital; o las actuaciones musicales de los escolares de Agaete, El Doctoral, del instituto Pérez Galdós, de Vecindario, o del Cipriano Acosta, de Bañaderos. Y las exhibiciones de danza y aerobic del instituto Lomo Apolinario, de Mesa y López, Jinámar, Poeta Tomas Morales, Arguineguín, o el Doramas, entre otros muchos, todo ello salpicado con información a mansalva de las actividades de unos y otros y las ofertas educativas, los vales descuentos para viajes por Europa, los secretos del citado Erasmus, o los de servicios de información que presta Empade.
