El promotor del tinglado es el joven economista de 24 años Wimar Campos, responsable de La Casa de los Enigmas, donde se organizan actividades de room scape (escapar de la habitación): "montamos una habitación con un equipo y hay 55 minutos para salir de ella". Ahora, después de dos años, han empezado a hacer aventuras gráficas en vivo: el robo del tren, donde los personajes reciben un papel y tienen que recuperar una serie de documentos, o el experimento psicópata, donde los personajes han perdido la memoria y tienen que recuperarla. O una historia de monjas y curas.
"Ahora estamos exportando estos eventos a Europa, sobre todo a Francia y España, por lo menos en la mecánica que hemos creado. Estamos en la etapa de franquicias y visitando Hollydays Park para montar una historia de aventuras gráficas de todo el parque, que se llamaría 'El camerino del mentalista', que evoca a los personajes de los parques y las ferias antiguas, de la mujer barbuda, del hombre forzudo, del payaso endemoniado de los años 60 y 70".
A las 44 personas que participarán en el espectáculo 'El crimen del pago' en Tejeda este fin de semana (de las doce del sábado a las doce del domingo), hay que sumar a la mujer de la dulcería, el del restaurante y otras personas del pueblo que ofrecen pistas para resolver el crimen. "Se trata de recrear en la realidad los juegos de ordenador y aventuras gráficas, contando cosas en diferentes escenarios, hasta descubrir el crimen".
Es la primera vez que un espectáculo de esta naturaleza se hace en Europa. A mitad de mes en la península se va a celebrar uno parecido, pero sin participación de la gente del lugar ya que se recreará en un pueblo abandonado. Además, la historia es de terror y la de Tejeda no ya que es de lógica y deducción.
Manuscrito
El espectáculo dura 24 horas, desde las doce del mediodía del sábado hasta las doce del domingo. "El objetivo final es que los participantes descubran un manuscrito, donde están todos los personajes de la historia; uno de ellos muere por la noche y tienen que descubrir al asesino. Hasta las siete de la tarde el juego es una especie de Pekín Express y por la noche es un juego en vivo".
Los participantes son originarios de la isla, tienen entre 25 y 45 años y la mayoría son mujeres (una veintena). Entre los hombre hay dos médicos a los que les gusta resolver crímenes al estilo de Agatha Christie. Hay un crimen y los participantes tienen que solucionarlo. Estarán jugando durante 24 horas hasta descubrir la historia. "Lo interesante del tema es que participan los jóvenes del pueblo y algunos comerciantes, que serán los cómplices. Es la excusa perfecta para visitar los museos y vivir la historia desde la visita del padre Claret a Unamuno, Tomás Morales y Néstor".
Basándose en la historia del municipio de Tejeda, se crea un crimen ficticio, aunque a lo largo de la historia, en 1919, hubo un crimen que se cometió en Tejeda. Mataron al maestro del pueblo, Manolo Navarro, y eso se introduce en parte de la historia del juego.
"Este juego lleva toda una labor de documentación, de buscar en los archivos históricos, de indagar y rebuscar. Luego tenemos que tener cuidado con los personajes para que no rocen con la gente del pueblo, para que no se sienta involucrada, aunque dentro de la historia hay un crimen que realmente ocurrió en Tejeda. María Jesús Guerra, la mujer del maestro asesinado, era la corresponsal de Diario de Las Palmas en aquella época".
Muchas generaciones de tejedenses han fallecido guardando un gran secreto, según relevan los organizadores de la recreación: que el padre Claret había venido al pueblo con Joan Castel, su amigo y escribano, que embarazó a una chica de la cumbre. "El padre Claret, en vez de apoyar a la chica, respaldó a su escribano y lo mandó lejos. Cuando nace la niña, muere la madre. Y a partir de ahí la maldición está condicionada al silencio. Con la desamortización de Mendizábal de las tierras del clero, los testaferros se quedaron con ellas. Si la gente se hubiese enterado de las andanzas del padre Claret, éste no hubiese sido nombrado santo y beato y todo el imperio claretiano se habría ido al garete". Al final el apellido Castel se cambió por Castillo, un apellido de la zona.
Estos espectáculo originales son realmente singulares. "Ahora mismo lo que prevalece en Europa son los espectáculos con zombis que se suelen hacer en centros comerciales, u obras de teatro tipo Fuenteovejuna, todos a una. Pero que se recree una historia desde principios del siglo XIX al XXI, mezclando ficción con la historia real del pueblo, no se da. Con esto obligamos a los participantes a visitar el museo Abraham Cárdenes o el museo de las plantas y las flores. Porque te encuentras por el camino a una mujer que tiene un dolor y que si le das la solución con hierbas ella te hablará sobre el crimen y te dará pistas para resolverlo. Siguiendo la pista tienes que ir a la dulcería, donde debes pedir un dulce de almendra que te lleva hasta el monumento de la almendra. Se siguen todos los iconos historiográficos del municipio".
Hay complicidad con varios comerciantes del pueblo (dulcería, restaurante, tienda de artesanía), museos y la asociación de jóvenes, que se han implicado enteramente con doce actores aficionados y vigilantes de las pruebas. Son once puntos históricos del pueblo los que visitan los participantes en un día, en las 24 horas que van del mediodía del sábado al del domingo.
El Ayuntamiento se ha mostrado muy colaborador con este espectáculo en vivo. Cuando los participantes llegan al albergue se encuentran con un cordón policial y un cadáver (un maniquí) en el suelo con una serie de pistas. La primera sorpresa es resolver este crimen inicial.
El juego está dividido en cinco equipos de cinco o seis participantes. Lo primero que encuentran es una foto de una cruz que tienen que buscar y ahí hacer la primera prueba. A partir de ese instante van apareciendo otras pistas que los llevan a otras localizaciones del pueblo hasta resolver el crimen.
Los jugadores no se saldrán del casco urbano, aunque hay una versión para ingleses en un hotel para septiembre que ahora están preparando.
