"La homosexualidad no es una elección de vida, sino algo innato"

El título de mi libro Quiérete mucho, maricón es la frase con la que me despido de mis lectores en cada uno de los artículos y vídeos que realizo sobre psicología afirmativa gay desde 2012. La palabra maricón en este caso ha perdido toda connotación negativa, con la que se ha utilizado durante mucho tiempo, y ha adquirido una marca lingüística de complicidad que me sirve para dirigirme al colectivo gay de forma cercana y cariñosa.

En su consulta de Barcelona, ¿trata muchos pacientes que han sido víctimas de agresiones homófobas?

En Barcelona muy pocos, pero por videoconferencia sí que ten-go pacientes de otros lugares del mundo que han sufrido agresiones o insultos por ser homosexual. Mayoritariamente los pacientes que suelo atender en mis sesiones presentan algún tipo de sufrimiento por las secuelas que les ha dejado tanto el entorno homófobo como la homofobia in- teriorizada la aversión que experimenta uno mismo hacia su propia homosexualidad durante las etapas de la infancia y adolescencia. En otras ocasiones también suelo tratar conflictos que surgen en las relaciones de pareja, como los roles que asume cada uno o la sexualidad.

¿Contra qué tipo de estigmas aún tiene que luchar la comunidad gay?

En las zonas rurales o ciudades pequeñas aún se cree que la homosexualidad está relacionada con la promiscuidad o que una persona es gay porque lo ha decidido en un momento determinado de su vida, cuando nadie de la comunidad científica a estas alturas pone en duda que la homosexualidad es algo con lo que se nace. La homosexualidad no es una elección de vida, sino algo innato. Contradice todas las leyes del aprendizaje así que no puede ser adquirida a lo largo de la vida.

Sin embargo, hay sectores de la población que todavía defienden la tesis contraria.

Sí, aquellos grupos conservadores normalmente religiosos que vinculan a la homosexualidad con el pecado. Consideran que los gays no son merecedores de los mismos derechos que el resto de la sociedad y, por lo tanto, rechazan el matrimonio paritario. Pero este debate hace tiempo que ya está superado entre los científicos.

Algo de cierto tiene entonces la frase que dice que 'uno no elige de quién se enamora'.

Por supuesto. El cerebro humano no elige de quién se enamora, simplemente sucede. Una persona no es gay por acostarse con otra de su mismo sexo, sino por enamorarse. Si fuera una mera elección, ¿crees acaso que los homosexuales de Arabia Saudí elegirían morir colgados en una horca? No tiene sentido alguno.

Otra cosa es que la persona lo asuma interiormente...

A partir del momento en que alguien entiende que ser gay no es algo opcional tiene que empezar a afrontar sus sentimientos, sus miedos y no huir de ellos. Aceptarlo con la mayor dignidad posible para que el entorno también lo conciba como algo normalizado. Lo importante es que esa persona se sienta orgullosa de su condición sexual cuando algún compañero de trabajo o algún familiar le pregunte sobre su pareja. Y no se avergüencen por ello.

¿Cree oportuno vincular la celebración de campañas de prevención del virus del sida con los actos del Orgullo Gay?

Sí, porque los homosexuales constituyen uno de los grupos con mayor riesgo de contagio en la sociedad. Es necesario prestar atención a este tipo de iniciativas durante el Orgullo. Otra cosa es que se realicen campañas inteligentes para que la gente no asocie directamente el colectivo gay con la transmisión de enfermedades.

¿Qué opinión le merecen las nuevas aplicaciones móviles que utilizan los gays para ligar?

Son una herramienta para encontrar sexo, no un novio. Y, como todas las redes sociales, sacan lo mejor y lo peor de cada casa. Si bien es verdad que facilitan el contacto entre hombres, pueden también fomentar obsesiones entre los usuarios que padecen síntomas compulsivos.