"Se habla de crimen pasional, pero no tengo datos, aún no tuve acceso a las diligencias judiciales", subrayó ayer Pedro Hernández sobre el posible móvil del homicidio de su padre, Pedro Hernández Ortega. Tras argumentar que ningún comportamiento previo a la desaparición a finales de 2014 del vecino de San Mateo de 53 años permitiera sospechar una relación extramatrimonial, su hijo calificó de "rumores, de mucha farándula y mucho Sálvame", las noticias difundidas sobre un presunto motivo sentimental del asesinato.
De hecho, "tenía una vida relativamente normal y la alarma se nos despierta con su desaparición, porque en toda su vida se había ido una noche de su casa" en el pago de Risco Prieto, añadió Pedro Hernández, vecino de Santa Lucía de Tirajana. La mujer de la víctima se encuentra "bastante convulsionada y perturbada", según su hijo, porque "una de las personas implicadas, como mínimo, era del núcleo cercano, lo que choca bastante".
Dos varones residentes en San Mateo y Artenara permanecen en prisión preventiva y otras tantas mujeres de los mismos municipios se encuentran en libertad condicional por orden del Juzgado de Instrucción Número 8 de Las Palmas de Gran Canaria en el marco de la operación Alpispa. Antes de todas las detenciones realizadas por la Guardia Civil, otro hombre implicado en el caso apareció muerto con un tiro en la cabeza a principios de abril en el campo de fútbol de Artenara, localidad cumbrera también residencia de una tercera mujer bajo investigación por los hechos.
Precisamente, Pedro Hernández mostró su "satisfacción" por el esclarecimiento del crimen y, sobre todo, agradeció la labor desarrollada durante los últimos meses tanto por los miembros del Instituto Armado como por el juez Salvador Alba. Aunque admitió "mucha suerte", porque "estos casos no se suelen aclarar", el residente en Vecindario consideró que "la ciudadanía puede confiar en las fuerzas de seguridad del Estado".
No obstante, Pedro Hernández insistió en desmentir que el cuerpo de su padre apareciera "desmembrado" en los Pinos de Gáldar, donde fue hallado semienterrado por dos senderistas alemanes en enero de 2015 a causa de las lluvias.
