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Norte

La reforestación del bosque de Doramas consigue que afloren nacientes de agua

El proyecto de recuperación de la paloma rabiche prevé casi 500.000 árboles para recrear su hábitat natural - Siete aves llevan instalado un sistema de seguimiento

Los planes de reforestación de la laurisilva comienzan a dar sus frutos en los acuíferos. La Heredad de Aguas Arucas-Firgas detecta la aparición de unos cinco nuevos nacientes y distintas galerías de agua en el Barranco de la Virgen de Valleseco. Dentro de estas acciones medioambientales del proyecto Life+Rabiche, en el que también colaboran el Cabildo y Gesplan, se espera plantar 500.000 árboles en torno al antiguo Bosque de Doramas. Mientras, comienza a realizarse un seguimiento con radar a siete de estas aves endémicas para evaluar sus costumbres, detectándose ya la presencia de algún ejemplar en Telde.

"Estamos ante un antes y un después de lo que fue el antiguo bosque de Doramas, que fue muy castigado durante dos siglos por la tala y por un gran incendio". El encargado general de la Heredad de Aguas, Pedro Santiago, destacó ayer que las acciones conjuntas para la recuperación de la paloma que llegó a extinguirse están dando sus resultados.

El aumento de la laurisilva ha propiciado el resurgir de nacientes en la zona de Valsendero, en Valleseco, al generar un nuevo ecosistema a su alrededor y captar más agua. En esta zona se han plantado en las últimas dos décadas unos 40.000 árboles a través de múltiples campaña públicas y privadas, y ahora con el nuevo plan.

La Heredad contabiliza unos cinco nacientes y distintas galerías por las que discurre ese agua.

Precisamente, el proyecto de recuperación de la paloma endémica, en el que colabora la Heredad, contempla también la lucha por la reforestación en lo que fue la antigua selva de Doramas, con el que se espera duplicar la actual superficie, con el apoyo del Ejército, según el director de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Manuel Amador.

El objetivo inicial hasta diciembre de 2017 es plantar medio millón de brezos, laureles, fayas, madroños y otras variedades en el área de actuación, para recuperar la antigua selva y recrear el medio de vida de la paloma endémica, en la que se ha venido trabajando a través de su cría en cautividad en la finca de Osorio.

Entre las acciones, la Consejería de Medio Ambiente ha colocado transmisores VHF para localizar los pasos que van dando estas aves en su nuevo entorno natural. Los primeros cuatro se instalaron hace dos semanas, y ayer se colocaron a otros dos ejemplares antes una nueva suelta.

La empresa Dracaena es la encargada de hacer el seguimiento diario de las aves, para evaluar su comportamiento y comprobar su evolución en la población salvaje. El representante de la consultora ambiental Javier del Campo señala que se trata de una telemetría de radio VHF, que permite saber su posición, dispersión, supervivencia y otros aspectos, mediante un receptor de radio y una antena direccional. El mecanismo permite captar la ubicación de cada uno de los ejemplares a una distancia máxima de siete kilómetros en línea recta, aunque siempre dependerá de la orografía, la vegetación y otros condicionantes.

De momento, los primeros datos para conocer su comportamiento permiten reafirmar que se han posicionado en el Norte, desde Teror al barranco de la Virgen de Firgas y los Tilos de Moya. Sin embargo, una de las curiosidades es que alguno de ellos ha llegado a Los Cernícalos, en Telde, buscando el bosque termófilo.

La campaña pretende que una treintena de palomas rabiche sean marcadas con este sistema de control, dentro de una proporción representativa para determinar su comportamiento más global. Cada una de las palomas elegidas ha tenido que superar un proceso de selección previo, en el que se tiene en cuenta la edad y un peso mínimo, como fija la Unión Europea dentro de esta iniciativa Life+Rabiche. Hay que tener en cuenta que el aparato pesa 12 grados, cuando el ave alcanza los 350 gramos aproximadamente.

La población de palomas rabiche recuperada alcanza las 206. Las últimas siete fueron soltadas ayer en la Finca de las Tabaibas, de la Heredad de Aguas, tras superar un proceso de dos semanas de aclimatación en una jaula de unos ocho metros de longitud para ampliar su radio de vuelo, antes de su liberación. Todas ellas fueron criados en cautividad en la finca de Osorio.

Los estudios permiten determinar que su mayor peligro proviene de los gavilanes, así como de las ratas, que se comen las crías.

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