Las playas canarias son seguras. Así lo corrobora el medio centenar de banderas azules repartidas por todo el Archipiélago. En los 1.500 kilómetros de costa se localizan 332 playas, 150 de éstas de alta afluencia. Canarias dispone de una estructura institucional que es ejemplo mundial por el número de organismos que velan por la seguridad de los usuarios del medio acuático, tanto en puntos de costa, en alta mar como en piscinas. Las Islas Canarias sigue registrando récords en la llegada de turistas (superando los 13 millones) y es el único destino europeo con los 12 meses del año en temporada alta.

Es la conclusión a la que llegaron siete expertos del ámbito turístico y de la seguridad que participaron en la mesa redonda, celebrada en el Museo Elder, que sobre la seguridad de los bañistas se desarrolló en el marco de la VI edición FIMAR, organizada por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Cabildo Insular.

Sin embargo, las imprudencias, la desinformación, actitudes negligentes o el hacer caso omiso a los socorristas o a las señales visuales, conforman el 80% de las causas que generan un accidente en el medio acuático.

Los 62 fallecidos por ahogamiento registrados en las Islas en 2015, sumados a los 26 que han perdido la vida solo en lo que va de año, nos sitúa en la segunda Comunidad española con más muertes. Por otra parte, Canarias ya ha superado este año el número de ahogados registrados en los seis primeros meses de 2015. Una realidad que obliga un análisis serio, profundo y constructivo, con la puesta en marcha de iniciativas de concienciación pública, máxime con las previsiones de incremento en la llegada de turistas. Los ahogamientos no puede seguir siendo un riesgo ignorado.

Compromiso hotelero

Francisco Moreno, director general de Comunicación del Grupo Lopesan, anunció que "en todos nuestros hoteles, en todas y cada una de las habitaciones, ya se puede ver, en tres idiomas, la campaña audiovisual para la prevención de accidentes en medio acuático `Canarias, 1.500 Km de costa´, a través del Canal Info de TV". Insiste en la alta seguridad de nuestras playas, "pero tantos kilómetros de costa hace imposible poner un vigilante cada 300 metros, de ahí la necesidad de hacer pedagogía y concienciar a los usuarios, turistas y locales, de los riesgos a que se exponen al entrar en el agua".

En cuanto a las piscinas, enumera los servicios técnicos, materiales y humanos de que disponen todos los hoteles de Lopesan, "medios y dotación que es común en la práctica totalidad de la planta hotelera de Canarias ". Pone en cuestión, sin embargo, las medidas preventivas y de reacción que se implementan en otros modelos alojativos.

En este sentido, Tom Smulders, presidente de la Comisión de Turismo y Seguridad de la Federación de Empresarios Hoteleros y Turismo de Las Palmas (FEHT), alerta de los complejos extrahoteleros "que actúan fuera del control de Hacienda, de la inspección turística y de la seguridad, entre ellas en la vigilancia de sus piscinas".

Para el catedrático de la Facultad de Ciencias del Mar de la ULPGC, Germán Rodríguez, "las playas canarias son seguras todas, pero es un medio dinámico donde en ocasiones se generan temporales o golpes de mar que pueden coger desprevenidos a los que carecen de esa información". Sostiene que la gente desconoce las corrientes y las circulaciones marinas. Desvela que las playas naturales son menos peligrosas que las artificiales, "porque el sedimento no erosiona los fondos al implantarse la arena de manera natural", al tiempo que insiste: "Tenemos playas de gran calidad".

112 Canarias, ejemplo mundial

Con más de 5.000 vidas salvadas durante sus 30 años de servicio en el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, Juan Ortega Machín, el sargento Machín, pone en valor las múltiples instituciones que trabajan coordinadamente en la prevención y el salvamento de vidas en el mar en las Islas. Repara en que "el tiempo de respuesta es fundamental para salvar una vida en el mar. No he visto en ninguna otra parte del mundo el nivel de coordinación institucional que hay en las costas canarias".

Recuerda que en los años 80 la mayoría de los ahogados eran pescadores locales que caían al mar desde zonas de acantilados. "Las playas en Canarias carecían de la vigilancia que disponen hoy. Los medios eran casi nulos". Por entonces, los turistas que perecían ahogados tenían una media de edad entre los 55 y 75 años. Con tristeza y emoción, Machín rememora el fenómeno de la inmigración que produjo decenas de ahogados, "a los que muchos tuve que sacar del agua ya sin vida".

Cabe preguntarse si hacer públicos los incidentes en los que un bañista sufre lesiones o, peor, muere, dañan la imagen de Canarias como destino de sol y playa. El criterio de Tom Smulders, presidente del sector de Extrahoteleros, es que "sí debemos de publicar las cifras, pero diferenciarlas caso por caso, nacionalidad, las causas del accidente y significar las edades. Debemos afrontar con serenidad y veracidad lo que sucede como punto de apoyo para adoptar las medidas que reduzcan la siniestralidad en el agua". Sitúa la comunicación como elemento primordial. "Turismo y seguridad han de estar conectados". En este sentido, destaca la labor del 112 Canarias, institución coordinadora de los medios de salvamento en la Comunidad autónoma, "que tiene un papel trascendente en esa comunicación con todos los operadores turísticos. La mala comunicación o la curiosidad influyen mucho y entorpece la acción de los medios". Recuerda la alarma desatada con el barco que fue confundido con un avión de pasajeros que amerizó junto al aeropuerto de Gran Canaria. Smulders se congratula que la buena comunicación le permitió difundir a los pocos minutos a cónsules, cadenas hoteleras y tour operadores que se trataba de una falsa alarma.

Guardia Civil y Salvamento

"Cada vez son más los usuarios del baño para tanta costa de Canarias a vigilar". Así se expresa Javier García, miembro del GEAS de la Guardia Civil, quien agradece el papel colaborador de instituciones como Cruz Roja y las distintas empresas de socorrismo. Admite que muchos peninsulares que vienen de vacaciones "no son conscientes de que el Atlántico no es el Mediterráneo". Confirma que las muertes por ahogamiento de los últimos años están protagonizadas por turistas de avanzada edad que se meten en el agua con bandera amarilla o roja. "A los pocos minutos se ven obligados a luchar contra la corriente para ganar la orilla. Ese sobre esfuerzo conlleva en muchos casos una parada cardiaca".

Roberto Basterreche, jefe del Centro de Salvamento Marítimo de las Palmas, también subraya la mejora de la coordinación de todas las instituciones "como ejemplo internacional". Pero advierte que en un accidente en el mar "el paso de la vida a la muerte se produce en un periodo muy corto por lo que la capacidad de reacción es fundamental". Llama la atención en que "no es lo mismo un accidente en una playa con socorrista que cuando hemos de acudir a millas de distancia de la costa". Los helicópteros del Helimer tienen un tiempo de respuesta ante una alerta en alta mar de 15 minutos, "pero desde que la recibimos nos queda aún llegar al punto donde una persona o una tripulación ha caído al agua". Esa es la parte reactiva. Remarca que "el esfuerzo hay que hacerlo en la parte preventiva, de la sensibilización, con campañas ciudadanas para avisar de los riesgos a los que se expone un bañista o los pescadores de costa, que acuden en condiciones precarias sin chaleco salvavidas y sin consultar el estado de la mar".

"Lo que más nos genera problemas de seguridad por riesgo de ahogamiento u otro percance, son los usuarios que vienen a diario a la playa de Las Canteras". Son palabras de Einar Rodríguez, responsable del puesto de Cruz Roja de la joya de la corona capitalina. "Nuestro clima invita a acudir todo el año, pero a pesar de que esté nublado, llueva o haya mala mar, les cuesta hacer caso a nuestras recomendaciones para que cambien de zona de baño cuando se genera una corriente en un determinado punto de la playa. Se confían demasiado. Se sienten que conocen la playa y ahí está el gran error: el exceso de confianza".

El peligro de las corrientes

El experto de la ULPGC, Germán Rodríguez, llama la atención en que hay un tipo de corriente inducida por el oleaje que se genera en nuestras playas y otros puntos de costa. "Son corrientes de retorno denominadas RIP o corrientes de la muerte, que te llevan mar adentro". Son más propias de las costas de EEUU. "Allí se avisa con carteles de la existencia de este tipo de corrientes de retorno que el nadador no percibe desde la orilla. Suele ser la trampa para el bañista, especialmente si intentas nadar contra ellas". Lo recomendable es dejarse llevar y pedir auxilio. El catedrático también advierte de las corrientes longitudilanes, "las que nos arrastran en paralelo a la costa, que son peligrosas sobre todo para los niños". Recuerda que hay olas que rompen barcos. Matiza que puede llegar una sola ola y causar la muerte del que no esté atento. También repara en otro riesgo de la que Canarias no es ajena: las avalanchas de medusas que provocan accidentes, desde que el bañista entre en pánico o que sufra un pérdida de conocimiento por efecto de las picaduras.

Accidentes de buceo

El miembro del GEAS de la Benemérita Javier García, reflexiona sobre los accidentes de buceo. Se refiere al espectacular incremento de esta actividad subacuática en las Islas debido al desvío de destinos como Turquía o Egipto y los conflictos que afectan al norte de África. Hace hincapié en este tipo de empresas que actúan ilegalmente sin cumplir la normativa en materia de seguridad. "Yo puedo morir simplemente por la mala calidad del aire de las botellas". Pone como ejemplo Playa Chica (Lanzarote) donde la pasada semana fallecía un submarinista. "Nos preocupa esta playa en concreto, porque cada día te encuentras a 200 buzos entrando al mar en el mismo punto y al mismo tiempo".

El agente alerta al sector hotelero pues han detectado casos en que "cualquier persona con un título de buceo oferta cursos sin tener la preparación para formar". García lanza un mensaje a los establecimientos turísticos para que exijan la documentación a estos pseudo monitores de submarinismo y que colaboren más con la Guardia Civil "porque estamos a su disposición en cualquier denuncia que quieran realizar".

Señala que un accidente de buceo tiene una repercusión negativa internacional tres veces superior al accidente de un bañista. Analiza el que sufrieron dos jóvenes buceadores en Arinaga cuando hacían labores de mantenimiento en una jaula de acuicultura. Y no le encuentran explicación a esas muertes a día de hoy. Afirma que el suceso causó un gran impacto internacional entre la comunidad de submarinistas de todo el planeta.

Por su parte, el experto en rescates marítimos, Ortega Machín, diferencia entre los accidentes de escafandristas y los apneístas, más comunes en el segundo supuesto, generado casi siempre por el síncope hipóxico, conocido también como ´síncope de los siete metros´. Machín explica que es un desmayo causado por falta de oxígeno. "El apneísta pierde la consciencia. Unos segundos después, el propio cuerpo reactiva la respiración y el buceador se despierta, en principio sin secuelas en la gran mayoría de los casos. El problema real del síncope está en los segundos posteriores. Si las vías respiratorias del buceador están sumergidas cuando el organismo reanuda el acto respiratorio, va a fallecer por ahogamiento".

Motos acuáticas

El directivo de la FETH, Tom Smulders, pone el énfasis en la actividad de las motos acuáticas. Si bien asegura que está regulada y controlada en la mayoría de los casos, "nos encontramos a jóvenes inconscientes con intoxicación etílica que se convierten en kamikazes del mar". Pero peor daño a nuestra imagen como destino turístico, señala, hizo la noticia del tiburón que mordió a una señora en una playa de Gran Canaria. Un suceso que se magníficó porque algunos medios europeos difundieron que Canarias era poco menos que nido de tiburones agresivos.

Smulders se congratula del mayor respeto que los bañistas prestan a los vigilantes de Cruz Roja y su coordinación con la Policía Local para que el que desobedezca sea sancionado. Repara sobre todo en los sustos que afectan a muchos turistas que se quedan dormidos sobre la colchoneta y corren el riesgo de irse mar adentro. "Un turista que viene de Alemania o de Holanda agradece el celo de los vigilantes de las playas canarias y valora la coordinación de los numerosos organismos que velan por su seguridad", añade.

Según coinciden los expertos, Canarias, cuya aspiración es consolidarse como destino de excelencia, ha de afrontar con decisión estrategias que minimicen estas cifras de siniestralidad. Ello se consigue con información y concienciación. Moreno, directivo de Lopesan, resume perfectamente la relación entre el ser humano y el agua: "Aunque nos pasamos los primeros nueve meses de vida flotando en líquido, no es nuestro medio natural. Debemos saber dónde nos metemos y para ello hay que potenciar campañas de sensibilización. Pero tanto el turista que nos visita como el que vive aquí puede estar tranquilo porque Canarias tiene los mejores recursos. Ahora depende de la coherencia y sentido de la responsabilidad de cada individuo".