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Santa Lucía de Tirajana

Santa Lucía celebra cien años del templo

La alcaldesa coloca una placa para conmemorar la obra del arquitecto catalan Laureano Arroyo

Santa Lucía celebra cien años del templo ANDRÉS CRUZ/LP/DLP

La alcaldesa de Santa Lucía, Dunia González, y el párroco Juan Santiago Quintana, descubrieron anoche la placa conmemorativa del centenario de la construcción del templo del casco, diseñado por el arquitecto catalán Laureano Arroyo y Velasco. El acto se realizó tras la misa con la participación de muchos feligreses, quienes brindaron después en el salón parroquial por tal efemérides.

El sacerdote Santiago Quintana destacó que el viernes pasado en el templo el historiador Manuel Rebollo "nos recordó en una charla los preliminares y el desarrollo de la construcción de la iglesia, promovida por el entonces párroco José Domínguez Martín, que se volcó en el proyecto pese a sufrir una cirrosis hepática. También agradecemos el compromiso de Manuel Rebollo de publicar la historia de la iglesia antes de acabar el año".

Rebollo indicó ayer que el edificio la anterior iglesia de Santa Lucía fue inaugurado el 1788, acorde a los vecinos del entonces pago de Lugarejo. Pero tras el incremento de la población a finales del siglo XIX y las malas condiciones del edificio, que se cayó después de 1903, el entonces párroco y los vecinos empezaron a hacer el templo, logrando la autorización para poder trabajar los domingos. Así en 1869 el Ayuntamiento había comprado una parcela de 5.550 metros cuadrados en el entorno de la iglesia para que se construyera la plaza del pueblo y una nueva iglesia. Cuando José Domínguez llegó a la parroquia el 22 de mayo de 1898 se propuso la construcción de una nueva, empezando por convencer a los vecinos, al Ayuntamiento y al Obispo.

El proyecto lo realizó en marzo de 1900 el arquitecto Laureano Arroyo Velasco. Los vecinos aportaron 12.000 pesetas y la obra se inició en septiembre de 1905. Con tal cantidad se realizaron los cimientos de la obra. La continuidad del proyecto fue posible gracias a la colaboración económica del Gobierno de España de 62.551 pesetas, conseguidas gracias a la intermediación del diputado Felipe Pérez del Toro y el Padre Cueto.

Manuel Rebollo apuntó que "aunque con anterioridad se celebraron oficios religiosos en sus instalaciones, fue el 16 de mayo de 1916 cuando el obispo Ángel Marquina Corrales bendijo con gran solemnidad el nuevo templo parroquial".

La iglesia, de estilo neoclásico, dispone de sencillas líneas arquitectónicas y una incuestionable monumentalidad. Tal cualidad se manifiesta a través de la blancura de una cúpula de considerable amplitud que lleva adosada en el exterior una escalera de caracol y, ensamblada en su clave, una linterna con ventanales. La fachada se divide en tres calles verticales con extremos angulados de cantería, separadas por pilastras que rematan en sendos pináculos coronados con bolas. El arquitecto Laureano Arroyo proyectó la iglesia siguiendo un estilo ecléctico que había alcanzado su plenitud en la arquitectura religiosa y urbana del Archipiélago durante el siglo XIX.

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