El agua de San Bartolomé de Tirajana, Mogán y La Aldea de San Nicolás supera los parámetos sanitarios establecidos para el consumo de la población. Estos municipios de Gran Canaria son los que acapararon las mayores incidencias y restricciones en el suministro, según recoge el primer informe autónomico sobre la calidad del agua potable, elaborado en 2015 por la Dirección General de Salud Pública del Gobierno canario.

En el caso de San Bartolomé de Tirajana y Mogán se refleja como se superan los niveles de fluoruro, fijados en 1,5 milígramos por litro, mientras que en La Aldea se rebasan los topes del nitrato, que no deben estar por encima de los 50 milígramos por litro. Cuando de forma prolongada se han superado estos valores en los dos municipios del Sur, el Servicio de Sanidad Ambiental ha ordenado la restricción del consumo, en unos casos para toda la población, y en otros, para los menores de ocho años.

Con todo, la jefa de Sección de Programas Ambientales del Gobierno canario, Macrina Martín, aclaró ayer que los índices detectados de fluoruro o de nitrato en Gran Canaria "no son peligrosos para la salud", pero insistió en que al estar por encima de lo fijado para el consumo es obligado limitar su uso para proteger a la población.

Las zonas de San Bartolomé de Tirajana donde se ha recortado el servicio por estos motivos han sido: Monte León, Los Palmitos, Fataga y Los Sitios. En Mogán fue en El Horno y Los Peñones donde se produjo la misma problemática, En La Aldea, en concreto en Tasartico, Salud Pública aconsejó que no se utilizara el agua para menores de tres meses y mujeres embarazadas.

Más agua desalada

Si bien, tal y como explica la responsable de Salud Ambiental, el estudio no se pudo hacer de forma pormenorizada por islas y municipio porque sólo de disponía de seis meses para realizarlo, si que se observa que Gran Canaria es la segunda isla en incidencias por la mala calidad del agua con 58 frente a las 166 de Tenerife, las 17 de Fuerteventura, la 3 de Lanzarote, las 2 de La Palma, y las 2 de La Gomera. De las 58 casos que se producen en Gran Canaria el 90% se deben a la desalinización, así el 48% se debe al exceso de cloruro y el 42% al de sodio , frente al 2% de boro. El informe desvela que el total de incidencias registradas en Canarias se elevó a 898, de las que siguen abiertas 248 por no cumplir los niveles recomendados, y se precisa que, a veces se rebasan más de uno, de ahí que se contablizaran 327 elemenos alterados.

La explicación de que Tenerife sea la sila donde hay más problemas con el servicio se debe a que cuenta con más zonas de abastecimiento, 283, lo que provoca que hayan diversas calidades , frente a las 181 que se contabilizan en Gran Canaria. A este respecto, Macrina Martín destacó que en Tenerife el 91% del agua procede de galerías y pozos, mientras que en Gran Canaria el 48% tiene origen subterráneo frente al 50% que se produce a través de las desaladoras. En Lanzarote y Fuerteventura hay menos casos porque debido los escasos recursos hídricos, el agua desalinizada alcanza el 99 y 96% respectivamente.

De esta forma, en la s islas orientales, donde es más frecuente el uso desalada para consumo humano, los incumplimientos más frecuentes se relacionan con elemenos encontrados en el agua de mar como el boro, cloruro y sodio. Tal es así que en Fuerteventura, en concreto en Pájara, se detectan variaciones en el boro, que obligaron a suspender el suministro en hoteles de Costa Calma.

Sin embargo, en las islas occidentales donde el abastecimiento es mayoritariamente subterráneo, la calidad se ve afectada por el subsuelo que contienen más fluoruro y sodio. Precisamente, el hecho de que en las zonas de San Bartolomé de Tirajana y Mogán se utilicen los pozos explica que este elemento sea el más descontrolado, mientras que el nitrato, que se detecta en La Aldea procede de la contaminación del acuífero por aguas residuales agrícolas.