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Agüimes Juicio por el crimen de playa de Arinaga

La hermana de la acusada de asesinar a Jordi indica que se defendió como pudo

Alba señala que Arantxa tuvo problemas psicológicos desde su niñez aunque ella no los reconocía - La familia de la víctima asegura que no era agresivo y sí cobarde

Cecilio Burón, padre de la víctima, tras terminar su declaración. LP/DLP

La hermana de la joven viguesa acusada de asesinar a un hombre con el que vivía en playa de Arinaga en junio de 2013 sostuvo ayer en la tercera jornada del juicio que se sigue en la Audiencia de Las Palmas que solo "se defendió como pudo" al apuñalar a su pareja tras despertarse durante la noche con él encima tratando de forzarla, según le relató el 13 de julio al confesarle lo ocurrido. "Cuando llegué al aeropuerto solo me expresaba agarrada a mi: Le maté, le maté, le maté".

Alba Amoedo manifestó ante el jurado popular que su hermana Arantxa "tenía un carácter bastante cariñoso" y "nunca ha tenido problemas de ser agresiva con nadie, todo lo contrario. Mi temor era que se hiciera daño asimisma". La hermana de la acusada apuntó como responsable de lo ocurrido al que era su novio, Jordi Burón, 20 años mayor que ella.

La testigo indicó que el novio de Arantxa "se veía que era una persona que tampoco tenía un oficio claro", que se dedicaba a "negocios turbios" que le llevaron incluso a grabar a la enjuiciada practicando sexo con su amiga Carla sin su consentimiento con el propósito de extorsionar luego empleando ese vídeo a los padres.

Según Alba, el descubrimiento de que la grababan derivó en una pelea en la que Jordi golpeó a la amiga de Arantxa, que "acabó en el hospital" por las heridas que sufrió. Esta testigo, que estuvo contestando preguntas de la fiscal y abogado casi cuatro horas, cuestionó además los gustos sexuales del fallecido, que, según expuso que le contó su hermana, fueron derivando progresivamente en prácticas de sado masoquismo en las que ataba a la chica y le introducía objetos contra su voluntad.

"Me dijo que era un juego, al principio, que era divertido, pero que luego la ataba y después no la soltaba y que ella sufría", ya que "fue derivando a relaciones sexuales más agresivas", relató. Alba consideró que la personalidad y el proceder de la víctima determinaron que su hermana, que "desde muy pequeña" tenía problemas de estabilidad emocional debido a que padece "una importante enfermedad mental" para la que en la época de los hechos "necesitaba tomar tres medicamentos" distintos, se sumiera en "un caos mucho más grande de lo habitual".

Comportamiento

Por todo ello, y porque el hombre al que apuñaló provocando su muerte, Alba Amoedo confesó que Jordi era un individuo "que tenía antecedentes penales", entre otras cosas por "una chica a la que había intentado agredir". La testigo dio a entender que el desencadenante de lo ocurrido fue el propio comportamiento del fallecido.

Puesto que su influencia perjudicó a su hermana, que, por sus problemas mentales, "nunca ha sido capaz de llevar una vida ordenada". De suyo Alba aseguró que ella para su hermana era "un referente de autoridad", que cuando trabajaba y vivía con ella en Barcelona "era más ordenada, porque yo le controlaba el dinero".

"De manera autónoma mi hermana no podía llevar una vida ordenada", comentó, añadiendo que cuando vino a Gran Canaria el vínculo con su hermana se rompió. Y al verla en el aeropuerto, el día que se descubrió el cadáver de Jordi, manifestó que vio a su hermana "demacrada y con la vista perdida".

La declaración de Alba tuvo dos incidencias: una, después de dos horas, indicó al magistrado que necesitaba hablar con él antes de seguir testificando. El juez accedió después de varias reticencias, argumentando después que se trataba de un agotamiento. Más tarde, casi al final, empezó a llorar y hubo otro receso incomunicado.

Por la tarde, se reanudó el juicio con el padre de la víctima Cecilio Burón, quien definió a su hijo como "un manitas", "un busca vida", se hizo el loco, logró una pensión, bonachón, fantasioso. Apuntó que no le gustaba Arantxa por su vestimenta, pero que no se interesó por la vida afectiva de su hijo.

La hermana de la víctima, Silvia indicó que Jordi, al igual que hizo su pareja rusa anterior con él, le dio a Arantxa "todos los caprichos que quería, porque estaba enciegado". "Me decía que era su niña, su princesa, pero yo tenía claro que no iba a funcionar", agregó. Para Silvia su hermano "no era agresivo, más bien era muy cobarde".

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