La feria insular concluyó ayer con un nuevo récord de asistencia, lo que colapsó durante media mañana la autovía del Norte, y con la entrega de los premios del recuperado concurso de ganaderías, donde José Rivero y Jesús Santana ganaron en las categorías de vacas y toros del país, respectivamente. Se trata de dos imponentes ejemplares de esta raza criados en fincas del municipio de Arucas, que durante el próximo año ostentarán el título de animales más valiosos de la isla. Una cabra de Manuel Jiménez ganó el concurso de rendimiento lácteo, nada menos que seis litros de leche en una sola ordeñada.

Unas 15.000 personas pasaron durante el sábado y el domingo por la Granja del Cabildo para admirar a las más de 900 cabezas de ganado bovino, caprino, ovino, cochinos negros, burros, caballos y perros que participaron en la vigesimocuarta exposición de animales de Gran Canaria. Puesto que la salsa de las ferias ganaderas es la competición y los premios en metálico, además del honor de poseer el animal con las mejores condiciones físicas y genéticas, el Cabildo repartió ayer 12.000 euros entre las cabañas participantes.

Durante un desfile de los mejores ejemplares frente al escenario de la Granja, los trofeos fueron entregados por el presidente de la corporación, Antonio Morales, y los consejeros insulares Miguel Hidalgo, Francisco Trujillo y Carlos Ruiz, así como el alcalde de Tejeda, Francisco Perera y representantes de las empresas colaboradoras.

Antonio Morales resaltó la recuperación del concurso ganadero tras ocho años sin celebrarse y lanzó tres agradecimientos por el éxito de la edición de este año. El primero fue para "los hombres y mujeres que sostienen la ganadería", a los que aseguró que el gobierno insular "está empeñado en aumentar las cotas de soberanía alimentaria, pues el 90% de los productos alimenticios que se consumen actualmente se tienen que traer de fuera".

El segundo reconocimiento fue para el equipo de la Consejería de Soberanía Alimentaria y los trabajadores de la Granja Agrícola. Por último, aplaudió la masiva afluencia de grancanarios, pues muchos tuvieron que aguantar atascos de más de una hora para entrar en el recinto. Como siempre, los adultos se arremolinaron frente a los toros y vacas de mayor tamaño, mientras los niños buscaban a los perros y a los terneros. Un burrito juguetón de apenas unos días hizo las delicias de los pequeños.

A falta del balance económico final, los ayuntamientos y empresas participantes se mostraron satisfechos, no tanto por las ventas sino por la oportunidad de mostrar sus productos ante tanto público y explicarles las ventajas de consumir las cosechas de la tierra. Fue el caso de Antonio Bello, promotor de los aguacates y mangos de verano de Mogán, o de los hermanos Juan Miguel y José Antonio Gil, que vendieron o repartieron unos 1.000 kilos de fresas de Valsequillo.