El alcalde de Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, está molesto con la tardanza de la Dirección General de Costas en resolver la autorización para poder instalar los nuevos chiringuitos en Playa del Inglés y Maspalomas. "Nervioso", confesó estar el regidor del primer municipio turístico porque en los últimos días incluso ha intentado ponerse en contacto con el jefe de la Demarcación de Costas en Las Palmas, José María Hernández, para saber por qué no se tramita este permiso, si bien no ha conseguido ninguna respuesta.

Un año y medio llevan los diez kioscos guardados en una nave, primero estuvieron en El Goro y ahora en Arinaga, pese a que la renovación de este mobiliario de playa fue uno de los retos que se marcó el grupo de gobierno de este Ayuntamiento en el pasado mandato. Desde que el Consorcio de Rehabilitación Turística Maspalomas Costa Canaria decidió el modelo, sacó a concurso la fabricación, y resolvió esta convocatoria pública pasaron más de dos años, y el colofón fue que cuando estaban hechos, en octubre de 2014, no los podían colocar en las playas por no contar con el permiso pertinente de Costas.

Preguntado por qué no se trasladó a la Dirección de Costas esta solicitud desde el mismo momento en que se encargó a la empresa asturiana Olprim S.A. la fabricación de los kioscos para ganar tiempo, Marco Aurelio Pérez comentó que justo en ese momento se produjo una modificación de la Ley de Costas, y el Gobierno dilató mucho la publicación del reglamento, normativa que cambiaba la que estaba vigente.

No obstante, el alcalde de San Bartolomé de Tirajana aseguró que el diseño de los kioscos cumple con lo establecido en la citada norma, que establece que estos habitáculos no pueden superar los 20 metros cuadrados. De la estética, según dijo, no establece nada la Ley de Costas. No obstante, comentó que anteriormente no se podían colocar terrazas y ahora sí se permite esta posibilidad, aunque en el caso de Playa del Inglés y Maspalomas no se puede, y por eso ni se solicitó , porque las Dunas son un espacio Natural Protegido.

Los kioscos de Playa del Inglés y Maspalomas fueron financiados por al Consorcio de Rehabilitación Turística que desembolsó 536.250 euros, algo menos de la partida inicial de la que disponía el citado ente público para comprar este mobiliario, y que ascendía a 595.000 euros. De los diez habitáculos, ocho se destinarán a la venta de bebidas y aperitivos, y dos se utilizarán como taquillas para que los turistas guarden sus pertenencias.

Con todo, en su momento el gerente del Consorcio, César Muñoz, advirtió que el trámite con Costas lo debió haber resuelto el Ayuntamiento con más celeridad.

Para intentar ganar tiempo, incluso cuando Olprim S.A. avisó al Consorcio de Rehabilitación Turística Maspalomas Costa Canaria comunicó en noviembre de 2014 al Consorcio Turístico que tenía todos los chiringuitos hechos, incluso se le pidió que los dejara en la fábrica de Gijón unos meses para buscar dónde colocarlos al no contar el Ayuntamiento con la autorización de Madrid para ponerlos en las playas. Finalmente la corporación decidió buscar una nave donde almacenarlos, siempre con la idea, según aseguró Marco Aurelio Pérez, de que se resolviera este trámite con Costas, pero han pasado de El Goro a Arinaga, y aún no se sabe cuándo se podrán ver en Playa del Inglés o en Maspalomas.

Por su parte, el portavoz de la oposición de NC, Ángel López, criticó cómo se ha llevado a cabo la renovación de los kioscos. Recordó que el proyecto se incluyó con el de la sustitución de las hamacas y sombrillas, pero después se dejó para una segunda fase. A este respecto, cuestionó como en 2011 se empezaron a sustituir las hamacas de Playa del Inglés y Maspalomas, pero se dejaron los viejos parasoles porque el modelo que envió la empresa Garcitecnia estaba hecho en plástico, y pronto empezó a generar problemas debido al salitre, por lo que se consideró que era mejor que se hicieran en aluminio. Esto provocó que las playas contaran con hamacas nuevas, y sombrillas viejas, que se fueron sustituyendo meses después. Mientras, los nuevos chiringuitos siguen esperando que Costas autorice su instalación.