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Santa Lucía Nueve años de investigación

La gorra y el coche le delatan

Las declaraciones del principal sospechoso a una televisión realizadas hace catorce meses dieron un cambio de rumbo en las investigaciones

La gorra y el coche le delatan

Juan el Rubio es ahora el principal sospechoso, pero durante mucho tiempo se autodefinió como un testigo clave que podía servir para desentrañar la desaparición de Yeremi Vargas.

El cambio de rumbo pudo registrarse hace 14 meses, cuando aceptó realizar unas manifestaciones en televisión. Tal vez esas mismas declaraciones realizadas en un micrófono de Antena 3 fueron las que hicieron a la Guardia Civil dar un giro a las investigaciones y centrarse las sospechas sobre este persona, que ya tenía un pasado digno de análisis.

Por un lado, porque los testigos acertaban a decir que habían visto en Vecindario un vehículo de color blanco y de características muy similares al que tenía el investigado. El mismo Rubio llegaba a confirmarlo. "El (policía) municipal dijo que era un Opel Corsa y no, era un Renault 5, y era yo".

Además, apuntó entonces que él había acudido a la Guardia Civil para colaborar en la investigación para hallar con el paradero del niño desaparecido en 2007. "La Guardia Civil no me creyó, y me dio hasta por loco. Y yo soy un cooperante, tengo familia, y me gustaría que otros hicieran lo mismo conmigo".

El testigo que observó la desaparición de Yeremi asegura que presenció a un varón de entre 30 y 40 años, con una gorra con visera, según admitió entonces un alto cargo de la investigación, y que coincide con la que llevaba puesta durante sus manifestaciones el hoy detenido en una prisión de Cádiz por un abuso a otro menor de edad.

Implica a la tía

Este es su relato de los hechos, en la entrevista que le realizaron a unos 150 metros del lugar de la desaparición, que se registró cerca de la vivienda familiar de Vecindario, y en la que también culpó a la tía de Yeremi Vargas. "Cuando yo llegué aquí, que venía recogiendo chatarra, estaba el (Seat) Toledo blanco aparcado, y el muchacho rubio en el suelo y la chica, morena. Ella subió para arriba con el chiquillo con una muda en la mano, como para cambiar al chiquillo por ahí". Y añadió, "yo le pregunté que por qué estaba el niño llorando, y me dijo el tío que -ella- era la tía del niño. Yo me tranquilicé y me marché".

Las palabras generaron desconfianza desde un primer momento. Y si entonces se presentaba como un testigo clave, ahora es el presunto autor de los hechos. Los agentes también han debido tener en cuenta sus historia policial, en el que se encuentran muestras de su agresividad, pero también de violencia de género y las últimas sospechas le convierten también en un posible pederasta.

Sus palabras generaban desconfianza y ponían sobre la mesa demasiados detalles, pese a haber pasado tantos años.

Itahisa, la madre, aseguraba que el abuelo del niño había visto a este hombre de 56 años en más de una ocasión mirando a los niños, mientras jugaban con las motos.

Hasta llegar a esta nueva pista, la Guardia Civil ha rastreado miles de llamadas telefónicas desde que se registró la desaparición hace más de nueve años del pequeño. Y ha investigado a 195 pederastas, y15 presos acusados del mismo delito, entre ellos tres escoceses que se encontraban esos días en la Isla de vacaciones, y que también estuvieron en el centro de la diana hace unos años. Sin embargo, esta vía quedó aparcada.

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