El caso de Yeremi Vargas aún no está cerrado. A pesar de que todos los indicios conducen a Antonio Ojeda Bordón, un vecino de Sardina del Sur de 56 años y conocido como Juan el RubioJuan el Rubio, los agentes siguen acumulando más pruebas para afianzar su imputación como presunto autor de un delito de detención ilegal y otro de homicidio por el secuestro y crimen del menor. Sin embargo, con las pesquisas realizadas hasta el momento los investigadores confían en que el supuesto pederasta -está en prisión preventiva desde 2015 por una agresión sexual a un niño de 9 años cometida en 2012 en Vecindario- confiese los hechos ante la evidencia de los indicios recogidos desde que el 10 de marzo de 2007 el pequeño desapareciera cuando jugaba junto a sus primos en un solar cercano a su casa de Santa Lucía de Tirajana.

Fuentes cercanas a la investigación consultadas confirmaron el decálogo de pistas con las que trabajan los miembros de la Unidad Central Operativa (UCO) para considerar que este chatarrero estaba el sábado que ocurrieron los hechos en las proximidades de la calle Hondura, donde se ubica la casa de la familia del niño, con un Renault 5 de color blanco, lo introdujo en el vehículo y después acabaría con Yeremi. El principal nexo es el modus operandi que supuestamente utilizó en 2012 cuando, según las mismas fuentes, Ojeda le dijo a un niño de 9 años que entrara a su coche porque tenía una bicicleta, lo llevó a una zona del Sureste de la Isla y después presuntamente abusó sexualmente de él.

Su madre presentó una denuncia, pero el juez decidió archivarla. Pero dos años después se clarificó gracias a la insistencia de los guardias civiles, que reabrieron la investigación al acumular nuevos testimonios que apuntaban a Ojeda. Y unieron estos testimonios con la declaración que el propio apresado realizó seis meses después de la desaparición de Yeremi, cuando acudió al cuartel de Vecindario para señalar que sabía quién se había llevado el niño. Un testimonio al que los agentes, tras analizarlo en un primer momento, no dieron credibilidad.

El ahora investigado se vanaglorió durante todos estos años ante los vecinos de que era el último que había visto al niño e incluso relató la escena de aquel día frente a las cámaras del programa de televisión Espejo público en marzo del año pasado cuando trataban de recomponer lo ocurrido.

Este indicio, unido a los comentarios que El Rubio ha realizado en la cárcel de Algeciras (Cádiz), en los que según fuentes cercanas a la investigación reconoce que abusó y acabó con la vida de Yeremi Vargas, son claves para que finalmente confiese la autoridad de los delitos que se le imputan, tal como buscan los agentes. Así también lo hizo saber ayer el ministro de Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, quien señaló la pista de la agresión sexual ocurrida en 2012 como esencial a la hora de esclarecer el caso, además de precisar que si bien el hecho de que contara con un Renault 5 blanco, la misma marca y modelo que perseguía la Guardia Civil una vez que Antonio Ojeda ya estaba en prisión, no ha sido una "conexión fundamental" aunque "ha servido". Otra de las pistas que utiliza el Instituto Armado es que el propio Ojeda afirma que se encontraba en las inmediaciones de la casa del pequeño desaparecido aquel 10 de marzo.

Los agentes encargados de la investigación continúan con la recopilación de indicios después de la imputación el pasado martes del vecino de Sardina del Sur, quien residía en un chabola a escasos cinco kilómetros de la casa familiar de Yeremi. Así, las fuentes consultadas afirmaron ayer que la publicación del rostro del presunto autor en todos los medios de comunicación nacionales da como resultado nuevos testimonios de personas que podrían relacionarlo con los hechos y que afiancen aún más las sospechas de los investigadores que llevan casi una década detrás de uno de los sucesos más mediáticos que han ocurrido en el Archipiélago.

En otro orden de cosas, fuentes policiales y judiciales aseguraron ayer que durante los próximos días El Rubio podría ser trasladado hasta Gran Canaria para que el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de San Bartolomé de Tirajana, que dirige la investigación, le tome declaración en relación con su imputación con el caso. Hasta entonces, el principal sospechoso permanecerá en un módulo del centro penitenciario, donde ingresó el año pasado año tras su detención por la agresión sexual al menor en 2012 después de permanecer en un primer momento en la prisión de Salto del Negro en Las Palmas de Gran Canaria.

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio de Interior, ya se ha visto obligada a cambiar de módulo al presunto pederasta en tres ocasiones al convertirse en uno de los objetivos de palizas por parte de otros internos, quienes tuvieron conocimiento de que está bajo rejas por la agresión sexual al menor, según informó ayer el diario digital madrileño El Confidencial. Ojeda está a la espera de que sea juzgado por esta causa en la Audiencia Provincial de Las Palmas.

Según este medio, un grupo de reos se confabularon para apalear a Juan el Rubio y así hacer cumplir la llamada ley de la cárcel, que condena a aquellas personas que han cometido delitos relacionados con menores, pero que un funcionario evitó la agresión. El vecino del municipio de Santa Lucía de Tirajana se encuentra ahora en un módulo de ingreso bajo la vigilancia continua de los empleados públicos.