Todas las miradas se dirigen hacia Antonio Ojeda, más conocido como Juan el Rubio. Y también hacia una chabola de apenas 10 metros cuadrados situada en el barranco de Tirajana, en la que pudo recluir a Yéremi Vargas.
El Rubio se encuentra desde el año pasado en prisión preventiva en la cárcel andaluza de Algeciras, por otra agresión sexual a un menor que se registró hace cuatro años. Según los vecinos, engatusó a un niño en el pueblo de El Doctoral prometiéndole una bicicleta, llevándolo hasta la infravivienda, donde supuestamente se la iba a entregar y donde pudo asaltar a su joven víctima. Las misma fuentes hablan de que pudo estar implicada otra persona.
Pero no es el único caso en el que se ha visto manchado este individuo, que sobrevivía recogiendo chatarra. El Rubio, de 56 años, arrastra un historial de actos violentos, en el que se incluye una agresión a un policía y otro por violencia de género con una anterior pareja.
Juan el Rubio llegó a manifestar en más de una ocasión que tenía información sobre la desaparición de Yéremi, que tuvo lugar el 10 de marzo de 2007. Se definía como un cooperador del caso, aunque ahora se ha convertido en el principal sospechoso. Personas que lo conocían aseguran que cuando estaba animado por sus excesos en bares llegaba a proclamar a los cuatro vientos que conocía cómo se habían llevado al niño y las circunstancias que rodeaban el secuestro, pese a la repercusión que ha tenido este caso.
Pero nadie le hacía caso y lo daban como una locura más en su vida, aunque según pasaba el tiempo la gente se fue apartando de él, por temor a verse implicados. Pero, al parecer, en la prisión en la que está ingresado a la espera del juicio continuó haciendo alusión a la desaparición. Incluso, admitía que era propietario de un coche Renault 5 blanco, sobre el que se habían dirigido las últimas investigaciones, incluso cuando en un primer momento se hablaba de otro modelo de vehículo.
Algunos personas que lo conocen hablan de que tuvo varias parejas sentimentales, aunque todas se fueron rompiendo. Tenía tres hijos (dos niños y una niña), de dos mujeres distintas.
El detenido había alquilado una pequeña chabola en el Barranco de Tirajana, a poco más de seis kilómetros y diez minutos del solar en el que desapareció Yéremi, y en el que estuvo viviendo varios años.
La infravivienda se localiza en un conjunto de pequeñas fincas agrícolas e invernaderos y algunas chabolas a la que se accede por una pista de tierra bajo un puente de la Avenida de Canarias, y a unos 150 metros de la autopista del Sur.
Esta casa sin techo está hoy abandonada, repleta de maderas. Mide unos 10 metros cuadrados, y a su lado se encuentra un solar ahora libre donde el detenido tenía su pequeño corral, que fue derribado por su dueño hace unas semanas. En este lugar podía pasar desapercibido, ya que es poco frecuentado, y las pequeñas tierras apenas tienen actividad. Y tiene muy buenas comunicaciones, ya que también pasa a su lado la calle Teide, que conduce a El Doctoral (GC-198), y la rotonda para ir a Juan Grande (GC-500) y a Aldea Blanca (GC-105), además de la autopista y la Avenida de Canarias. Y lo que sí hay en la zona muchas empresas dedicadas, especialmente, a los áridos para obras.
La Guardia Civil investiga ahora a el Rubio por los delitos de detención ilegal y homicidio sobre Yéremi Vargas, hechos que él ha negado. Pero tampoco ha dado detalles del posible implicado en su desaparición, pese a que se vanagloriaba de saberlo, mientras espera también en prisión preventiva en Cádiz por supuesta pederastia. En cualquier caso, las autoridades siguen manteniendo la cautela sobre su implicación, sobre todo después de nueve años.
