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Teror

La guardia hermanada

La Asociación de Veteranos de la Policía Local de Canarias celebra su encuentro anual en Teror - La villa mariana ofrece un emotivo homenaje a seis de sus agentes jubilados

Los guardias Juan Ramírez, Juan Manuel Cabrera, Francisco Quintana y Manuel Ramos, con sus placas en un momento del encuentro de ayer en Teror. JOSÉ CARLOS GUERRA

Un centenar de personas, entre policías locales y sus familiares, llegados de Tenerife y de varios puntos de Gran Canaria, celebraron ayer la cuarta edición del Encuentro de Hermanamiento en la villa de Teror, municipio que además ofreció un homenaje a seis de sus agentes jubilados.

Presidido por el director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, Juan Francisco Padrón, por la alcaldesa de la localidad, Isabel Guerra, y por el presidente de la federación regional de Veteranos de la Policía Local, Juan Francisco Suárez Santana, el acto se convirtió en el de mayor afluencia celebrado hasta la fecha, con una acogida que comenzaba en Teror tras visitar las instalaciones de la fábrica de ron Arehucas del municipio vecino.

Padrón, para ilustrar la importancia que, según dijo, presta su departamento a la policía local, aseguró que se encuentra en marcha un programa en el que los veteranos jubilados del cuerpo, "como referentes de los nuevos miembros que se van incorporando", participarán en el plan de formación de la Agencia Canaria de Seguridad, aportando sus conocimientos y experiencias, al entender que tienen un papel principal "ya que la policía local es la fuerza de seguridad que tiene un mayor contacto con los ciudadanos".

La alcaldesa también recalcó esa proximidad, "un amigo de los vecinos con una labor a veces no recompensada", y reivindicó para el colectivo un refuerzo de plantillas y "materiales de vanguardia" para ejercer su labor.

El portavoz de la federación, que también es conocida como la de los Sabios Callejeros, justificó la elección de Teror por ser el "lugar al que llegan los chicharreros que vienen de Tenerife, como La Candelaria lo es para los grancanarios que visitan la isla vecina", y se mostró sorprendido por el recibimiento dispensado desde su llegada a la Isla, y especialmente a Teror, que a partir de ahora lucirá una placa "espero que en un lugar bien visible", de los Sabios callejeros, entregada por el propio Suárez.

Quienes también se llevaron placa fueron los jubilados Juan Ramírez, Juan Manuel Cabrera, Francisco Quintana y Manuel Ramos, con décadas de trabajo en el municipio. También se recordó la entrega de Alejandro González Piris y de Manuel de Jesús Yánez Pérez, ausentes en el acto de ayer.

Todos ellos, como se hizo constar al mediodía y bajo un sol de justicia, son parte imprescindible de las pequeñas y grandes historias de la villa, como Juan Ramírez, que aseguraba que "Teror y yo nos quisimos mucho", y que consideraba el reconocimiento como una "deuda que cobro con muchísimo gusto". O Juan Manuel Cabrera, que aconsejaba que "el buen policía local debe hacer gala de su corazón, sobre todo en los pueblos, para lo bueno y para lo malo".

De la misma cuerda se expresaba Francisco Quintana, que después de asegurar que "no esperaba tanto cariño", ofrecía su experiencia a las nuevas generaciones, así como Manuel Ramos, que, ya con su reconocimiento en la mano, se confesaba satisfecho de "sentir el calor de la gente", con un "trofeo más para una vitrina", que en su caso en concreto está al límite de su cubicaje.

Tras el momento institucional los participantes recorrieron la Calle Real de Teror para acercarse a la imagen de la Virgen del Pino, tras lo cual almorzaron en un establecimiento de la localidad.

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