Representantes de la colonia sueca de Gran Canaria, que asciende a cerca de 5.000 residentes, celebraron ayer en el municipio de San Bartolomé de Tirajana su fiesta nacional. Casi un centenar de alumnos del colegio escandinavo y miembros de la iglesia de la urbanización turística de San Agustín izaron la bandera y compartieron una jornada llena de los sabores tradicionales de su país de origen tras escuchar el discurso de la cónsul honoraria en Las Palmas de Gran Canaria, Ann Kristin Ekstrand.

Los ciudadanos suecos que residen durante los meses de invierno en Gran Canaria tienen "mucha suerte", ya que poseen "dos patrias": una en el Norte de Europa y otra en el Sur. "Lo mejor de dos mundos" paralelos. Con estas palabras la representante institucional inauguró el acto que cada año está aromatizado con los bollos de canela que suele preparar la parroquia de San Agustín. Además, Ekstrand señaló que la familia real sueca ha podido celebrar un día tan especial como éste "al aire libre" en el museo Skansen de Estocolmo, con sol y bajo un gran cielo azul como "los colores" de la bandera nórdica.

Según los datos facilitados por el consulado, la comunidad sueca en el Archipiélago asciende a 10.000 residentes. De esta población, la mitad vive en Gran Canaria y una amplia representación en la urbanización de San Agustín, en San Bartolomé de Tirajana. Los suecos fueron los primeros visitantes que inauguraron en los sesenta la ciudad turística de Maspalomas.