El Norte se prepara para el verano. Los municipios costeros contarán con 23 socorristas en las doce playas más concurridas, para tratar de garantizar la seguridad de los bañistas. El presupuesto conjunto en vigilancia de Arucas, Guía, Gáldar y Moya rondará los 96.000 euros, pendiente de la asignación final de Agaete, y La Aldea recurrirá al personal habitual de seguridad y emergencias. Mientras, Arucas volverá a ser el único municipio de la comarca que defenderá las exigentes normas que conlleva el poder ondear banderas azules en El Puertillo y Los Charcones, que reciben en los meses estivales a cientos de personas los días más concurridos.
La bravura del mar y las dificultades naturales del Norte de Gran Canaria se han llevado la vida de muchos bañistas y pescadores aficionados, dando más de un susto a otros muchos. El último de los fallecidos por ahogamiento fue un hombre de 60 años, en un suceso acaecido este jueves en Los Charcones, donde todavía no está operativo el servicio de verano.
Hasta hace unos años, sin embargo, la seguridad quedaba en manos de voluntarios, como Manuel Sosa, 'Sandokán', en Arucas, que arriesgaban sus vidas para sacar a flote a quienes estaban angustiados dentro del mar, evitando con sus escasos medios la amenaza de acabar empotrados sobre las rocas.
La aprobación de un decreto en 2003 que regula las medidas mínimas de seguridad y protección que han de cumplir las playas de la Comunidad Autónoma de Canarias ha ido obligando a los ayuntamientos a ponerse al día, al otorgarles las competencias en esta materia. De ahí la proliferación de muchas banderas rojas en las zonas más peligrosas, que tratan de alertar a los usuarios del riesgo, pero también para delegar responsabilidades cuando no existe personal para su vigilancia, que se suma a la colocación de salvavidas y de cartelería informativa de los riesgos.
La llegada del buen tiempo vuelve a examinar los medios disponibles por cada ayuntamiento. Seis municipios cuentan con litoral en la comarca, si descontamos la pequeña y aislada salida al mar de Artenara, en Las Arenas, a la que solo se accede en barco, o bien tras una larga excursión a pie para bajar sobre el acantilado, y que es apenas perceptible desde la carretera de La Aldea y Agaete. A este rincón acuden muy pocas personas habitualmente.
Los responsables municipales concentran sus medios en las playas con mayor aglomeración, ya que la situación económica y las dificultades geográficas les impide extender el dispositivo a todas sus calas.
En conjunto, los ayuntamientos han contratado a empresas y organizaciones no gubernamentales para tener puntos de vigilancia con un total de 23 socorristas cualificados en una docena de playas, que son las más masificadas. Tan sólo La Aldea recurrirá a su personal propio de la Policía Local, Protección Civil y Cruz Roja para estas funciones, sobre todo en momentos de máxima concentración, como pueden ser las fiestas de El Charco.
Y el presupuesto para este verano ronda en conjunto los 96.000 euros, pendiente de algunas adjudicaciones, así como de la asignación final de Agaete.
Arucas
El Ayuntamiento de Arucas adjudicó hace dos años el servicio de vigilancia y socorrismo de playas a la empresa Sames Canarias por un periodo de cuatro años, y una cuantía de 47.754 euros anuales. El dispositivo está activo los fines de semana durante este mes de junio, para alargarse a toda la semana en julio, agosto y septiembre. La empresa dispone de dos profesionales tanto la playa de El Puertillo como en Los Charcones, y otro más que irá realizando rondas entre en la playa de San Andrés y Quintanilla. A este equipo se suma un supervisor.
El concejal de Playas, Benito Falcón, señala que hasta ahora se le había cedido a la contrata una moto acuática para los desplazamientos por el litoral, pero que tras su avería será la empresa quien debe encontrar su propia moto o una lancha sustitutiva.
Arucas volverá a ser el único municipio de la comarca que pondrá ondear dos banderas azules, en El Puertillo y Los Charcones, que certifican desde hace tres años la calidad de las aguas, acredita los valores medioambientales y ecológicos, y los servicios de seguridad y accesibilidad. Benito Falcón reconoce que son muchas las exigencias a cumplir, y la última es la colocación de una gran valla en una zona peligrosa, aunque espera reducir sus metros para limitar el impacto visual. Además, esta alternativa le permitiría disponer de más recursos económicos para colocar baños portátiles y tener una mayor limpieza en otras zonas.
Gáldar
El Ayuntamiento de Gáldar ultima el concurso para adjudicar su servicio estival, por un importe máximo de 18.000 euros. Estará operativo cuando acabe el curso escolar, y durante tres meses, según el portavoz municipal, Julio Mateo. Funcionará con dos socorristas en Sardina ocho horas diarias (de 11 a 7 de la tarde), de lunes a domingo, y muy posiblemente también con otros dos expertos en El Agujero, aunque reconoce los problemas por la falta de baño público.
El servicio no dispondrá en vehículos acuáticos, ya que se ha optado por invertir en colocar unas barreras que delimitan las zonas de baño del resto de la costa en Sardina, para garantizar la seguridad. En el caso de El Agujero no hace falta, ya que se trata de una piscina natural, según el edil.
Santa María de Guía
La empresa encargada del servicio se conocerá esta próxima semana, ya que está ahora en su fase de licitación. El Ayuntamiento de Guía cuenta con una partida máxima de 25.000 para su contratación. Aunque todo dependerá de las mejoras que se oferten a la propuesta inicial, las bases fijan la contratación de dos especialistas para las piscinas naturales de Roque Prieto y el mismo número en San Felipe, una playa que ya ha dado más de un susto por sus fuertes corrientes, y en la que se quiere colocar una torre de vigilancia. "No se puede jugar con la seguridad", recalca la concejala Leticia García, sobre todo para esta playa de mar abierto. Estará disponible de viernes a domingo entre el 24 de junio y el 11 de septiembre, abarcando de esta forma el periodo escolar, además de los días festivos. Y funcionará desde las 11 a las siete de la tarde. El resto de días recurrirán al personal de Protección Civil y policías.
La Aldea de San Nicolás
La Aldea no contará con un servicio específico y permanente de vigilancia de playas, a la espera de que se concluya el Plan de Seguridad y Emergencias, que debe señalar las playas de especial control. Por este motivo, la cobertura estará en manos de la Policía local y Cruz Roja, que se multiplicarán especialmente para las fiestas con el apoyo de otros medios, sobre todo en El Charco, cuando se concentran miles de personas, tal y como recuerda el alcalde, Tomás Pérez. Las playas aisladas, como Guigui, dificultan tener cobertura suficiente para poder salvaguardar a los bañistas, admite el regidor,
Moya
El municipio repetirá su programa para el estío. El Ayuntamiento de Moya dispondrá dos profesionales acuáticos para atender el Charco de San Lorenzo, que estarán activados los fines de semana y festivos durante el verano, ante la avalancha de bañistas que se registran esos días. Desde allí se trasladarán en momentos puntuales a otros puntos, sobre todo a El Altillo, una zona de surfistas. El presupuesto para este cometido sigue siendo el mismo desde que llegó el grupo de gobierno hace cinco años, según la concejala de Costas y Playas, Lidia Rodríguez, esto es, 5.000 euros.
Agaete
Los responsables municipales ultiman la adjudicación del operativo de vigilancia en sus playas, que se encuentran entre las más frecuentadas todos los años. La falta de un presupuesto actualizado impide que esté consignada la partida que se destinará a este fin este año, según la concejala Hortensia Jiménez. En cualquier caso, deberá estar activo en julio hasta el final de septiembre, en los días de más afluencias, esto es, de jueves a domingo. El objetivo es disponer de tres socorristas desde las diez de la mañana hasta la tarde, tanto en Las Nieves como en Las Salinas.
El grupo de voluntarios Delta colaborará en estas prestaciones, aunque la edila señala que al operar este equipo también en tierra no podría estar permanentemente disponible en la costa, por lo cual se buscará a un equipo específico para el mar. Eso no impide, añade, que puedan colaborar cuando la situación lo requiera.
A su vez, reconoce que la lancha neumática que se venía usando en años anteriores está fuera de uso, lo que supone un inconveniente. En cualquier caso, espera que llegue alguna colaboración económica para volver a disponer nuevamente de esta herramienta para los desplazamientos mar adentro.
