El cronista oficial de Teror, José Luis Yánez, presentó el pasado mes de mayo un escrito a la comisión de Honores y Distinciones de la villa mariana en el que propone nombrar hijo predilecto del municipio al vicario general de la Diócesis de Canarias, Hipólito Cabrera González, en reconocimiento a su "difusión y realce de la devoción hacia Nuestra Señora del Pino". El sacerdote, nacido en el pueblo norteño, ostentó el cargo de Arcipreste de Fuerteventura durante una década y ha prestado servicio en parroquias de la zona de medianías, Sureste y la capital de Gran Canaria. Actualmente compagina su labor como vicario general con las tareas de delegado diocesano de Enseñanza.

Cuenta el cronista en su misiva que Hipólito Cabrera nació en 1955 en el seno de una familia agricultora de Teror. Fue el sexto de nueve hermanos y con apenas 14 años ingresó en el Seminario Menor. Tras culminar sus estudios de Teología el entonces obispo de la Diócesis de Canarias, Ramón Echarren, le ordenó sacerdote en 1983 en la basílica del Pino.

Su trayectoria pastoral se inicia en la zona de Las Lagunetas, aunque también atendió otros núcleos como Utiaca, Tenteniguada, Cueva Grande o Las Vegas.

En 1987 el cura terorense, detalla Yánez, marcha a Fuerteventura donde se encargará de las parroquias de San Diego de Alcalá en Gran Tarajal, La Lajita, Tuineje, Las Playitas y La Pared, entre otros pueblos.

Durante esta etapa recibió el nombramiento de Arcipreste de la isla majorera y, como tal, se incorporó al consejo episcopal.

En 1999 regresa a Las Palmas de Gran Canaria como secretario general pastoral y delegado de Enseñanza. Además de vicario parroquial del municipio de Agüimes y responsable de las dos parroquias de Ingenio.

Destaca Yánez en su propuesta la labor que desempeñó el sacerdote en el ámbito educativo a principios de este siglo. Cabrera logró que "la asignatura de religión no perdiera su lugar dentro de la programación establecida sin que eso supusiera un desgaste" en las relaciones de Iglesia y Estado. Fue en el año 2000 cuando también se establecieron unos criterios "firmes y sólidos" para la contratación del profesorado de Religión.

Tras atender las parroquias de San Juan Crisóstomo en Tafira Baja y del Santo Cristo de Guanarteme, en Las Palmas de Gran Canaria, el actual obispo Francisco Cases le nombra en 2007 vicario general de la Diócesis de Canarias y al año siguiente miembro del Colegio de Consultores. En la actualidad Cabrera desempeña ambos cargos que compagina con sus responsabilidades como delegado de Enseñanza.

Desde la vicaría general coordina la "tarea evangelizadora" de la Iglesia y promueve el "apoyo a aquellas iniciativas a favor de las buenas relaciones de la Diocésis con el resto de instituciones de la provincia de Las Palmas".

Prueba de ello es que la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria le concedió hace cinco años la medalla de plata en la celebración de las fiestas del Cristo de la Veracruz, patrono de la ciudad y de este cuerpo de seguridad.

Hace dos años fue proclamado pregonero de las Fiestas de Santa María de Guía y organizador de la bajada de la Virgen del Pino a la ciudad capitalina. El año pasado su discurso inauguró la Semana Santa de la Cofradía del Encuentro.

A día de hoy celebra a diario la misa en la iglesia de San José ubicada en la calle Padre Cueto.

Por su trayectoria y su "predilección por los temas relacionados con Teror", el cronista eleva a la corporación esta iniciativa.