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Memoria histórica

Arucas rematará la búsqueda de represaliados en el pozo de Tenoya

El Cabildo licita la cuarta campaña por 62.000 euros para que pueda acabarse este año - Un nuevo sondeo constata que el fondo está todavía a 18 metros

Dos trabajadores bajan al fondo del pozo de Tenoya, en Arucas.

Echa a andar la cuarta campaña para la búsqueda de los represaliados que podrían encontrarse en el pozo de Tenoya, en Arucas. El Cabildo de Gran Canaria ultima la adjudicación de la última fase del proyecto para escarbar los últimos 18 metros que faltan para llegar al fondo, y cerrar definitivamente un capítulo de la historia de la Guerra Civil. La limpieza cuenta con un presupuesto de 62.000 euros, y deberá finalizarse antes de fin de año.

La empresa especializada que venía trabajando en el pozo de Tenoya cerró su tercera campaña en diciembre de 2014. Los datos iniciales hablaban de que estaba a unos cinco metros del final, pero se había acabado la consignación presupuestaria para rematar el trabajo. Sin embargo, un sondeo vertical posterior ha determinado que se estaba más lejos de lo previsto en ese momento.

Los últimos análisis precisan que el grupo de excavación deberá limpiar 18 metros más de altura para llegar a la base. Es decir, los restos humanos de los represaliados, en el caso de que se confirmen las reseñas de familiares y expertos, deberían hallarse a 48 metros de la superficie. En cualquier caso, si existe una concentración de restos humanos, como apuntan los investigadores, se espera que puedan empezar a aparecer antes.

El consejero de Cultura del Cabildo, Carlos Ruiz, avanzó ayer que espera adjudicar el proyecto en dos semanas, con un presupuesto inicial de 62.000 euros, que deberán ser suficientes para rematar el plan.

La adjudicataria deberá tener acabado completamente la limpieza del pozo antes de fin de año, si bien el plazo de ejecución se estima en torno a dos meses, con un máximo de tres. Los responsables insulares tienen interés en que comiencen lo antes posible, por lo que se confía en que los operarios puedan ya estar descendiendo por primera vez en la cesta el próximo mes de julio, para no seguir dilatando los resultados. Hay que tener en cuenta que no es una actuación sencilla, como se ha demostrado en estas campañas precedentes. La labor de desescombro ha chocado con múltiples inconvenientes, como la aparición de piedras de más de 100 kilos, el chasis de un camión de unas 3.500 toneladas, eucaliptos y más tarde el barro, que ralentizaron las tareas. Incluso, la presencia de gas, que obligaba a tomar precauciones con mascarillas por motivos de seguridad.

A esto se sumó la aparición de una gran cantidad de agua, ya que se viene trabajando bajo el nivel del mar, en un barranco por el que discurre mucho caudal en los meses invernales. Precisamente, por esta razón los técnicos creen que todavía podrían tener que seguir teniendo que sortear esta misma dificultad hídrica.

El consejero espera concluir con esta nueva actuación los trabajos en el pozo, cerrando un capítulo de la Guerra Civil en que se ven involucradas familias de represaliados que esperan encontrar a sus parientes cuanto antes.

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