El Faro de Maspalomas no solo constituye un icono para el municipio de San Bartolomé de Tirajana, sino para el sector turístico en general de las Islas. Desde hace seis meses la imagen de este monumento se ha visto afectada por la paralización de las obras que el Cabildo ejecuta en la parte baja de la torreta. La aparición de una plaga de termitas en las vigas del inmueble ha provocado que la empresa encargada de convertir este Bien de Interés Cultural en un museo etnográfico haya interrumpido sus trabajos. Tanto el ayuntamiento como empresarios del Sur piden celeridad para que "cuanto antes" se culmine el proyecto y se otorgue al Faro "la relevancia" que merece.
El Faro de Maspalomas y la reserva natural de las dunas constituyen las joyas de la corona del sector económico que produce mayor riqueza en Canarias. Según recordó ayer el director de comunicación del grupo Lopesan, Francisco Moreno, es "responsabilidad de todos" cuidar de aquellos elementos iconográficos con los que los visitantes asocian el destino turístico. Muchos son los "planes" y las propuestas que las administraciones y, en este caso, el Cabildo ha diseñado para mejorar la conservación de las especies que habitan en La Charca o mejorar la imagen y la actividad económica del Faro.
Sin embargo, tal y como apuntó el vicepresidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT), Tom Smulders, este tipo de iniciativas carecen en su mayoría de un "seguimiento" y una "evaluación" paralela que permita corregir a tiempo los percances que puedan suceder durante la ejecución del proyecto o buscar soluciones de una manera inmediata. Por contra obras faraónicas, en el sentido literal de la expresión, pueden mantenerse bloqueadas y "obsoletas" precisamente por "falta de decisión" de las instituciones o de herramientas que faciliten su "gestión". Smulders precisó que las "cosas se pudren", como ocurre con las vigas de madera del Faro, por la "dejadez" que en ocasiones afecta a muchos enclaves turísticos de esta zona, como puede ser el parque Tony Gallardo o el palmeral aledaño a La Charca.
El representante de Lopesan, el grupo que más hoteles concentra en los alrededores del Faro, además subrayó la importancia que puede tener el estado de conservación de los monumentos de una tierra con actividad turística. A modo de símil, Moreno explicó: "es como si un visitante va a París y observa que la Torre Eiffel está cerrada por obras porque presenta en su estructura un estado avanzado de oxidación. Sin duda supone una falta de cuidado por parte de todos en la conservación de elementos identitarios que perjudica a la imagen de un destino".
El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, que hasta 2011 poseía la concesión de la explotación del inmueble, también se sumó ayer a la necesidad "inmediata" de mejora que presenta la imagen de este emblemático edificio.
El responsable de Urbanismo, Fernando González, señaló la complejidad burocrática que implican aquellos proyectos donde aparecen "nuevas unidades de obras". Como este tipo de incidencias no estaban recogidas en los planteamientos iniciales con las que se licitó la obra, las empresas suelen exigir un nuevo precio para el proyecto modificado.
Las adjudicatarias, que en ocasiones suelen tener la "sartén por el mango", suelen pedir a la administración recompensa ante la aparición de imprevistos, como puede ser en este caso la presencia de termitas. En estos casos las instituciones tienen dos opciones: aceptar las nuevas condiciones económicas de la empresa o, en su defecto, rescindir el contrato con la adjudicataria y volverlo a sacar a concurso público. Explicó González que la segunda opción es la que "sin duda" alarga y complica este tipo de actuaciones, por lo que espera que el Cabildo evite solucionar el problema por esta segunda vía. "Tener cerrado el Faro es una pena, porque constituye una zona emblemática a la que se le puede dar utilidad", rescató el edil de Tirajana.
El proyecto que el Cabildo intenta materializar en este enclave desde hace tres años pasa por habilitar el espacio para una tienda de artesanía, un centro etnográfico y una oficina de información.
