El Ayuntamiento de Moya envía a Alicante una muestra del vertido aparecido esta semana en la presa de Trujillo para determinar su origen, mientras mantiene una investigación para intentar aclarar su procedencia. Dos cubas trabajan en la recogida de estos lodos, y los envía a una planta de tratamiento del Sur.

Un laboratorio grancanario realizó un primer análisis, pero no ha podido determinar los componentes del vertido, por lo que la muestra ha sido remitida a un centro especializado de Alicante. De momento, una cuba se sumó ayer a los trabajos de limpieza que se venían realizando con otro vehículo similar el jueves, absorbiendo estos restos, de los que ya informó ayer este periódico.

Se trata de tres focos distintos visibles en la superficie, uno de ellos de unos 25 metros cuadrados y los otros de unos 10 metros cuadrados, localizados en la cola de la presa y junto a la orilla.

Sin embargo, lo llamativo es que hay vida a su alrededor, tanto de peces como patos que frecuentan la zona, por lo que se descarta en principio que sea contaminante. Además, el agua discurre luego en buenas condiciones, si bien existe inquietud porque aparenta la presencia de azufre.

El lodo retirado se están depositando en una planta del tratamiento de Las Burras, en San Bartolomé de Tirajana, para ver si puede procesarse allí. En caso contrario, se determinará el lugar al que debe enviarse, para cumplir con las normas medioambientales.

El problema principal para los vecinos de Moya es el mal olor que se genera, que es lo que ha obligado a la intervención municipal, tal y como reconoce el concejal de Urbanismo, Raúl Afonso. La presa es propiedad de los Hernández, si bien está gestionada por la Heredad de Aguas de Moya.

Las hipótesis sobre el origen del vertido son dispares, aunque se descarta inicialmente que sean aguas fecales, ya que toda la zona fue canalizada. Una de las hipótesis que se baraja es que sean restos de vegetación que ha fermentado tras alcanzar el agua zonas altas con la entrada de más agua y el calor, que ahora ha salido a relucir por la bajada del nivel. También que sea estiércol, por su olor.

En cualquier caso, en años anteriores no se ha había detectado este problema, cuyo problema se ha expandido por el viento en la zona.

El Ayuntamiento asegura que ha seguido el protocolo de actuación. Y las tareas se prolongarán durante los próximos días hasta la limpieza total de la zona afectada.

"Por parte del Ayuntamiento hemos actuado en todo momento con la celeridad y las pautas que requiere este tipo de situaciones y estamos investigando cómo ha llegado hasta la presa un vertido de esas características", manifestó el alcalde Moya, Hipólito Suárez, quien se ha trasladado en varias ocasiones al barrio de Trujillo para supervisar las tareas de análisis y limpieza.

"Lamentamos profundamente que se haya producido este hecho y, sobre todo, las molestias que causa a los vecinos, a quienes agradecemos la paciencia que están demostrando, pues las labores son muy complejas dada la densidad del vertido y el difícil acceso al lugar donde se concentra", añadió.

El alcalde quiso transmitir un mensaje de tranquilidad a los agricultores, pues "los análisis que venimos realizando indican que el agua que se ha extraído y extrae de la presa sigue siendo apta para el riego y, más allá del olor desagradable, no se han visto afectadas ni la flora ni la fauna del entorno del embalse".

A su vez, técnicos municipales siguen supervisando a diario la presa, a la espera de los resultados de los análisis del vertido, que en los próximos días remitirá el laboratorio al Ayuntamiento.