La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Montañismo

Gran Canaria, en línea recta

El grupo de montaña Neophrom 'disecciona' la isla en la 38 edición de la Travesía Norte-Sur - La ruta, de dos días de duración, comienza en San Andrés y finaliza en Maspalomas

Miembros de la 38 Travesía Norte-Sur a su paso por los palmerales de Fataga

Medio centenar de montañeros han 'diseccionado' la isla de Gran Canaria, prácticamente en línea recta, en la 38 edición de la Travesía Norte-Sur de Gran Canaria, considerada como una de las de "mayor tradición del montañismo isleño y también de las mas bellas", según la define uno de los mayores veteranos en la especialidad, Manolo Cardona, quién justifica el piropo por atravesar los "siete espacios naturales más emblemáticos de la isla".

El recorrido, que se realizó dividido en dos jornadas y que para facilitar la compleja logística y garantizar la seguridad reduce al máximo la participación, se realiza en unas 16 horas de caminata, dividida en doce etapas, para cubrir 64 kilómetros y con un tope de desnivel de 1.720 metros, con salida en San Andrés, Arucas, y meta en San Bartolomé de Tirajana, lugar al que lograron llegar 38 deportistas.

A pesar de la criba, Cardona destacaba en esta ocasión el " alto nivel deportivo de los participantes -que redujo de forma notable los tiempos previstos para cada etapa- y en especial el de los mas veteranos, cuyo número se ha visto notablemente incrementado con la presencia de los veteranos del Grupo Montañero San Bernardo".

El arranque de la travesía estuvo saludado con un arco iris formado por las garujas de junio en el Norte y despedido con un moderado solajero, todo ello en una ruta que comprende algunos lugares raramente transitados, como ciertos tramos del barranco de Azuaje que hace 40 años estaban en perfectas condiciones por el trabajo de los berreros y festoneado de cascadas; el que conduce bordeando el de Las Madres a Los Molinetes y la Vuelta de La Pedrera;, u otros recién recuperados como el andadero que sale de Tunte al mirador de Fataga. Aunque a partir de este lugar, según informa el grupo, el camino se encuentra prácticamente condenado por un cañaveral cerradísimo y completamente seco y altamente combustible.

Unas condiciones muy distintas a las que encontraba el GEC (Grupo de Escaladores Canarios) en 1978, año de la primera incursión y cuyo testigo ha sido recogido por algunos de sus antiguos miembros y el club deportivo Neophron que la ha adoptado como suya, -con la ayuda de firmas como Aguas de Teror, Transporte Gumidafe, Sanle y Deportes Perojo-, para perpetuar, según Cardona, "su carácter no competitivo y los tradicionales valores montañeros de superación, camaradería y el mas exquisito respeto por la naturaleza isleña".

Como fruto de esa filosofía durante el recorrido se rindió homenaje póstumo a Agricio Castejón Cabral, veterano escalador y alpinista, instructor de la ENAM (Escuela Nacional de Montaña) "cuyo compromiso con la naturaleza granjearon el mayor respeto de toda una generación de deportistas". A su recuerdo se sumaron los veteranos del Grupo de Montaña San Bernando, fundado en el año 1958 y al que se deben muchos de los grandes hitos de la escalada en Canarias. Una vez llegados al Faro de Maspalomas, tuvo lugar la ceremonia final de la travesía: la devolución al mar del callao que los participantes recogen en la playa de San Andrés, para dos días después, devolverlo al océano en las aguas de Maspalomas.

Compartir el artículo

stats