El Jardín Canario Viera y Clavijo celebró ayer el homenaje anual a su fundador, Eric Sventenius, con la entrega de la Insignia de Oro a Bernardo Navarro Valdivieso, exdirector de la entidad, y a Pedro Agustín del Castillo, presidente de la Fundación Amurga, en reconocimiento a su labor en los últimos años, en los que el centro de Tafira se ha consolidado como un referente mundial en la investigación botánica y la conservación de especies en peligro de extinción.

Bernardo Navarro dirigió el Jardín Canario entre los años 2012 y 2014, tras la jubilación de David Bramwell, y fue el que abrió el debate para marcar los objetivos del futuro, según resaltaron Juli Caujapé, actual director del centro, y Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria.

Navarro es licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de La Laguna y experto en la flora canaria terrestre. Conoce el Jardín Canario desde niño y supo que su profesión sería la biología desde un día que fue de excursión con Sventenius y con su padre, Fernando Navarro, en busca de plantas autóctonas "en los riscos más inaccesibles de la Isla". En 1976 entró como becario en el centro y se jubiló el año pasado, por lo que casi toda su actividad laboral ha estado vinculada a Tafira.

En paralelo, Navarro desarrolló una larga actividad política. Fue diputado del PSOE y vicepresidente del Parlamento de Canarias durante tres legislaturas, además de concejal de Las Palmas de Gran Canaria. Ayer confesó que sus relaciones políticas ayudaron a dar a conocer los problemas del Jardín Canaria a las autoridades. "He sido subdirector de Bramwell durante muchos años, no su mano derecha, pero sí la izquierda en muchas ocasiones", comentó. "Los cambios en estos 40 años -añadió- han sido enormes, ahora es tres veces más grande, pero entre todos hemos sido capaces de consolidarlo como un referente mundial de flora amenazada".

La segunda Insignia de Oro fue entregada por el consejero insular de Medio Ambiente, Juan Manuel Brito, a la Fundación Amurga, una entidad privada ligada a la familia Del Castillo que fomenta el desarrollo de Canarias a través de ayudas a la investigación y a la conservación del entorno natural. Desde 2008 colabora de forma permanente con el Jardín, con proyectos como el Bioclimac para el estudio del banco de ADN y semillas de las plantas nativas en los archipiélagos de Azores y Canarias. En las tres convocatorias de los Premios Amurga ha repartido 66 becas. Ayer también se presentaron cuatro paneles informativos del proyecto europeo Enclaves.