La Rama de Agaete se quedará sin la tradicional presencia de bochinches en los garajes de las casas del centro del pueblo, y que reúne a cientos de personas a su alrededor. Los afectados aseguran que se va a romper con una tradición histórica que se remonta a varias generaciones. Mientras, el Ayuntamiento justifica la decisión en que la normativa vigente impide realizar este tipo de actividades, y ofrece como alternativa colocar puestos de venta entre el casco y Las Nieves.
"Es una tradición y no sólo un negocio. Yo llevaba cuatro años, y antes estuvo mi primo, un tío y otros familiares. Llevamos más de 50 años en la familia". Pablo Chirino es uno de los afectados por la decisión municipal, que le ha cogido de sorpresa cuando presentó la documentación para volver a abrir a finales de este mes su particular establecimiento en el inmueble.
Chirino recalca que venía cumpliendo con las exigencias legales de apertura, como es el caso de tener contratados a los empleados, disponer de seguro de responsabilidad civil y las medidas contraincendios.
Sin embargo, se han encontrado este año por primera vez que se les niega la apertura, cuando apenas están a unas semanas de los preparativos para la fiesta de La Rama, en agosto.
La prohibición, apunta, afecta al menos a tres promotores. A todos ellos, añade, las explicaciones no les resulta convincentes, ya que se trata de un modelo de servicio que ha funcionado durante décadas en Agaete. Y, sobre todo, que suponía un gran atractivo, tanto para la gente del pueblo como para los visitantes, logrando reunir a un enorme gentío a su alrededor.
Mientras, la concejala de Festejos de Agaete, Isabel Sánchez, aclaró ayer que la decisión municipal se ha basado en las consignas de la Guardia Civil y de técnicos municipales. "Hace una semana recibí un informe de los técnicos donde se expone que no existe en la ordenanza municipal esta actividad, y por eso yo no estoy facultada para autorizarla".
La edil señala que no existe una regulación municipal que avale este tipo de bochinches ocasionales en las viviendas, salvo que se tramiten como una licencia ordinaria que debe presentarse a través de la oficina técnica y luego estudiarse. Y apunta que la ordenanza de barracas sólo contempla estos puestos en suelo público, por lo cual puso sobre la mesa a los afectados alguna alternativa de ubicación.
El Ayuntamiento ha descartado colocar los bochinches en el barranco como hacía hace años, hasta que se registraron incidentes de extrema gravedad y se suprimieron. Por eso ahora ha ofrecido un emplazamiento entre el pueblo y la costa de Las Nieves, atendiendo a las obligatorias medidas del evacuación para los casos de urgencia, sobre todo porque se trata de fiestas en los que se supera las 10.000 personas.
"Me da pena, pero no puedo saltarme la normativa", añade. Y recalca que el primero que puso en sobreaviso la posible irregularidad fue la Guardia Civil. Isabel Sánchez admitió que quienes lo aprobaron en años anteriores podían haberse saltado la legalidad.
