Teror cambia de manos. El socialista Gonzalo Rosario se convirtió ayer en el nuevo alcalde, gracias a una moción de censura que contó con el respaldo del Partido Popular (PP), que hasta ahora había servido de soporte a la primera regidora en la historia de la Villa, Isabel Guerra (Nueva Canarias). "Vengo a sembrar concordia", manifestó el nuevo regidor, en alusión a la profunda disensión que existía en el pacto cuatripartito (NC, PP, Alternativa por Teror y Coalición Canaria). Estará en el cargo año y medio, para dar paso en la etapa final del mandato político al portavoz del PP, José Luis Báez.

La 'gran coalición' es ya una realidad en Teror, con doce votos a favor (PSOE y PP), por cuatro en contra (NC, CC y Podemos) y una abstención, de la concejala de Alternativa, Sebastiana González, que había formado parte hasta ahora del grupo de gobierno. Este es el resultado de la votación que pone fin al primer año de Isabel Guerra en la Alcaldía. La tramitación de una licencia urbanística hace dos meses y medio se convirtió en el desencadenante de esta crisis política, que se enredó con multitud de acusaciones, hasta propiciar que el anterior pacto saltara por los aires.

"Nos vendieron a los cuatro vientos el cambio; sí, pero para peor". El nuevo alcalde asegura que decidió secundar la censura para "recuperar la paz" y "dar estabilidad al gobierno". A su juicio, se dieron "cuatro golpes de efecto, y luego 'pluf', se desinfló". Y desde entonces, "han hundido al municipio en el caos", sentenció.

Isabel Guerra se defendió de las acusaciones atacando. Negó que el cambio fuera "por clamor popular" y de que sus mentores "están en una realidad virtual", insinuando que existen intereses ocultos detrás de las firmas. "Ya sabemos quién paga esta moción", apuntó, tras aludir a un notario que supervisó la moción y antes estuvo en la junta de accionistas de Aguas de Teror. Guerra se aferró a que el impacto social por su trabajo estaba generando inquietud en sus oponentes. Acusó al PP de actuar a su espalda, y criticó la falta de "gallardía" para anunciar la ruptura antes de las elecciones.

"En este pacto hemos sufrido engaños, traiciones y deslealtad. Y la única responsable ha sido usted -en alusión a Isabel Guerra-. Los concejales del PP hemos soportado durante todos estos meses sus críticas malintencionadas, sus desplantes, sus caprichosas desautorizaciones y su falta de honestidad. Hemos demostrado que tenemos mucho aguante, pero cuando se pone en juego la estabilidad a esta institución, la paciencia y el aguante no es permisible". El portavoz del PP, José Luis Báez, manifestó que es el momento de hacer "un borrón" y "hacer un cambio de verdad". Y sostuvo que Guerra tomó decisiones "que han puesto en peligro el buen funcionamiento de esta institución".

"Amenazo con volver"

El portavoz de Coalición Canaria, José Juan Navarro, apuntaló su lealtad a la exalcaldesa, acusando a los populares de ser los instigadores de las deslealtades. "Lo más grave es la traición a los vecinos, que apostaron por esta forma de gestionar Teror. Es un fraude al cambio que pidieron los vecinos".

Sebastiana González secundó al PP, al testificar que la anterior alcaldesa actuaba sin contar con sus compañeros. "Nadie cuestiona su trabajo, sino su protagonismo. Me enteraba de asuntos por la prensa. Ella me decía que era un poco tonta. Pero tenía que hablar más dentro y menos fuera; pensar más en el pueblo que en nosotros". Y dejó las puertas abiertas a volver al gobierno, a buen seguro cuando se resuelva el litigio judicial por el 'caso Aguas de Teror'. "No sé cuándo ni dónde, pero amenazo con volver".

El concejal de Sí se puede-Podemos, Francisco López, cuestionó la censura. "La moción adolece de una argumentación política, seria, sólida y coherente. Las razones esgrimidas son un insulto a la inteligencia, por su frágil y escaso contenido político y su falta de madurez".