En el Puerto de Arguineguín no quedaban plazas libres ayer para embarcar rumbo al Puerto de Mogán. Más de veinticinco embarcaciones pesqueras y de recreo, esperaban, repletas hasta la bandera, a las doce del mediodía a que la Virgen del Carmen subiera a una de las naves para adentrarse en el mar, y pasearla por la costa de este municipio. El trayecto de una a otra orilla se alargó unas dos horas, y había, en principio, dos formas de hacerlo: en barco de pesca, con alguna aportación previa para ayudar al patrón a hacer frente a los gastos de comida,; o en un buque de recreo, donde había que reservar con meses de antelación el billete, en este caso por 16,50 euros, aunque también se ofrecía bocadillo y refresco. Pero, hubo quienes prefirieron la moto acuática o la lancha, que fueron vigiladas por la Guardia Civil, y cuestionadas por muchos de los vecinos de este pueblo marinero. Comentaban sobre este asunto, en el espigón del muelle de Arguineguín, cuando la procesión marítima se perdía hacía la Bahía de Santa Águeda, tanto Isidro Medina, como su mujer Guillermina Ravelo que no tenían nada en contra de estos artefactos flotantes, pero siempre que respetaran a las embarcaciones, pues "si se ponen a hacer boberías pueden generar hasta un accidente".

Con atún, de las capturas de los últimos días, también chuletas, en ambos casos, aderezados de un buen adobo; papas arrugadas; tortilla, y mucho líquido fresco, partió con medio centenar de marineros el Bentajuit con destino a Mogán. Se quedaron en tierra, con la misma expresión de quien ve partir a su hijo hacia un destino lejano, en busca de un porvenir, los padres de Óliver, el patrón.

"Salimos por devoción a la Virgen del Carmen y por acompañarla hasta Mogán" confesaba Águeda Artiles, la matriarca de esta familia de pescadores. A su lado, su marido, Agustín Miranda, con la cara surcada por los años de una vida en el mar, explicaba que el barco no era de su propiedad, pero que primero lo trabajó él y ahora sus hijos. La pareja se encargó, según contaban, de preparar todo el convite, y decorar con una imagen de la Virgen y sopladeras de colores todo el exterior de la embarcación, que no regresaría a su puerto base hasta después de las cinco de la tarde.

Con vivas, aplausos, la música de la Banda de Gran Canaria, y las bocinas de los barcos, fue despedida la patrona de los pescadores de Arguineguín. Entre la tripulación que acompañó a la Virgen estaban el párroco Paco García, y la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, junto al concejal de Urbanismo, Mencey Navarro, y la edil socialista, y socia de gobierno de Ciuca, Pino González. Con la mar en calma, y un sol que no dio tregua, avanzaron las embarcaciones a buen ritmo por toda la costa, aunque según comentó después el secretario de la Cofradía de Pescadores, Ricardo Ortega, la parada que se hizo en Tauro, a una milla de tierra, donde se realizó una ofrenda a la patrona, pudo demorar un poco la travesía.

En Mogán aguardaban la llegada mirando al mar. Poco antes de las dos de la tarde salía de la Cofradía de Pescadores la imagen de su patrona, también la Virgen del Carmen al encuentro de su gemela de Arguineguín. Tan sólo el color del manto les diferenciaba. A hombros de los marineros, las dos imágenes se acercaron, y tras un emotivo saludo, fueron juntas en procesión por todo el Puerto.

Sin poder contener las lágrimas, algo que ella misma había adelantado que le iba a ocurrir en ese encuentro, Pepa Álamo, insistía en que "es algo emocionante y muy bonito ver a las dos imágenes juntas". Mientras se apresuraba por los callejones del Puerto de Mogán para llegar a tiempo, aseguró que acude a todos los actos de esta celebración. Ayer le acompañaban su marido Isidro Medina, y su hermana Ignacia, también con devoción, pero más contenida. Más tarde, pasado ese momento, esta vecina de Mogán, y nacida en Arguineguín, apuntaba lo divertido que se pasa si se hace la procesión en una de las embarcaciones. "Te lo pasas bomba, bailando y comiendo", sentenció.

Precisamente, la música de uno de los barcos de recreo, donde los ocupantes, en bañador, se movían como si estuvieran una discoteca flotante, rompía con el tono que los pescadores quieren mantener en esta muestra de devoción a su patrona. No obstante, el sonido enmudeció cuando llegó la Virgen al puerto moganero. Los vivas y aplausos y los piropos de "guapa" a la patrona de las dos orillas pesqueras de este municipio se sobrepusieron. En dos semanas se repite este paseo por mar, pero a la inversa, de Mogán a Arguineguín.