La playa de Sardina de Gáldar dispone desde este fin de semana de una barrera de balizas para delimitar las distintas actividades del litoral, y sacar fuera del perímetro de baño a los usuarios de las motos de agua, cuyo número ha ido en aumento en los últimos años.

La gran mayoría de sus propietarios han venido respetando las normas de seguridad y las recomendaciones de Marina Mercante, que establecen la expresa prohibición de navegar con ellas a menos de 200 metros de la línea de costa, pero también hay quién, aprovechando la inexistencia de una barrera física, han llegado a varar a grandes velocidades en la pequeña playa, como ha ocurrido hace pocos meses, provocando las protestas de vecinos y bañistas.

Un malestar que también se hacía extensible a los ruidos que provocan estas embarcaciones o a la situación de riesgo derivada de la práctica del submarinismo, ello en unas calas que son consideradas como unas de las mejores aulas para los bautizos de mar y a la que acuden decenas de alumnos y profesionales todos los días.

La instalación de estas balizas, según el Ayuntamiento de Gáldar, da contenido a la nueva ordenanza para el cuidado y buen uso del litoral galdense aprobada en pleno el pasado mes de abril, y que también fija la gestión de las distintas actividades que se realizan no solo en sus zonas de baño sino también en sus muelles.

Así, y con respecto al buceo, se establece que la entrada y salida al mar se canaliza por el muelle Fiffes, en cuyo entorno se delimita, en las zonas señalizadas con ese fin, la preparación de los equipos.

También en ese texto se prohibe la entrada y salida de las motos desde la playa, salvo aquellas que estén adscritas a los servicio de rescate, como al igual se permitirá el paso a los vehículos de personas con movilidad reducida, carritos de menores o tercera edad.

Además también se prohibe la "utilización en la playa de reproductores de música, instrumentos musicales o similares que produzcan ruidos que puedan resultar molestos al resto de usuarios del áreay, en todo caso, los que superen los niveles máximos permitidos en la correspondiente ordenanza municipal de protección del medio ambiente frente a ruidos y vibraciones".

Estas restricciones se amplían a la organización de comidas o barbacoas, pero tanto, "en las playas como en los accesos, así como en las zonas de baño, servidumbre de protección y paseos marítimos", lugares donde tampoco se podrá acudir con animales.

La concejal de Playas, Carmen Pilar Mendoza Ramos, exponía ante el pleno que con este texto se pretende que, "el paseo, la estancia y el baño pacíficos en la playa y el mar tendrán preferencia sobre cualquier otro uso, por lo que se ha querido hacer hincapié en garantizar el derecho y la tranquilidad de los bañistas".

Con este paso el Ayuntamiento de Gáldar cumple un requisito más para lograr la Bandera Azul para el litoral de Sardina, un procedimiento que comenzó a tramitar el pasado año a través de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac) y que se une a otras mejoras como el convenio firmado con Aridani Mendoza, presidente de la Asamblea Comarcal Norte de Gran Canaria de Cruz Roja Española, para dotarla de vigilancia durante estos meses de verano, con un servicio ampliado de lunes a domingo y también festivos desde las 11.00 a las 18.00 horas, con dos socorristas acuáticos que cuentan, entre otros medios, con un desfibrilador.