Una pedagoga, una psicóloga y dos trabajadores sociales trabajan desde el pasado 1 de julio con un grupo de 10 menores y jóvenes del municipio con necesidades educativas especiales dentro del plan de respiro familiar que cada año pone en marcha el Ayuntamiento al llegar el verano. El programa oferta un conjunto de actividades de tipo lúdico, formativas, deportivas y sociales que favorezcan el disfrute vacacional y sirve como una forma de apoyo para sus familias. LA PROVINCIA