Ingenio vivió ayer con intensidad el pasacalles del Festival Internacional de Folclore en un ambiente de gran expectación, al ser el primer acto público en el que participaban las agrupaciones internacionales invitadas en esta edición. Con la plaza de La Cantonera como origen, los grupos fueron saliendo a partir de las 20.30 horas con destino a la cercana plaza de la Candelaria. En el recorrido, cada uno de ellos mostró lo mejor de sus actuaciones, cantando, bailando y deslumbrando con la exótica belleza de sus vestuarios.
El arranque de esta procesión festiva tuvo el sello de dos iconos de la música y el folclore en Ingenio. Los primeros fueron los miembros de la Sociedad Musical de la villa, que lograron encender el ánimo de los espectadores al son de sus fanfarrias populares. Tras ellos partió la agrupación folclórica Los Artesanos, imprescindible ya en el festival y que desde hace casi cuatro décadas mantiene una encomiable labor de rescate de las tradiciones populares de Ingenio.
La primera agrupación internacional en pisar las calles de Ingenio, la estadounidense Wild Goose Chase Cloggers, hizo precisamente eso, zapatear durante todo el recorrido. Pertrechados con violines y banjos, los miembros de este colectivo del estado de Minnesota, en el medio oeste rural, mostraron su maestría en el clogging, un tipo de baile que forma parte de la tradición de aquel país desde que los primeros colonos europeos fueron adentrándose en las llanuras del subcontinente en el siglo XVIII.
Representación canaria
A continuación desfilaron los componentes de Coros y Danzas de Arrecife, auténticas leyendas del folclore canario que llevan más de 60 años acercando el espíritu musical del Archipiélago a todas las esquinas del mundo. Junto a ellos, la agrupación folclórica Las Mahoreras amplió la presencia en el pasacalles de los grupos populares de Ingenio.
El colectivo Oujda llegó desde la ciudad homónima de la provincia oriental de Marruecos para imprimir un hipnótico ritmo al pasacalles con sus con sus danzas y sus tradicionales percusiones. Tras ellos, la agrupación folclórica Tacoremi mantuvo la representación local con sus elaborados vestidos, nacidos de su estudio de los campesinos de Ingenio del siglo XIX.
Los Balcanes estuvieron representados por la sociedad Mirko Srzentic, que desde 1965 recopila la cultura de esta zona con unos coloridos e imaginativos trajes. Les sucedieron otros veteranos, Coros y Danzas de Ingenio, decanos entre los grupos de la villa.
El pasacalles contó con un cierre excepcional. Los peruanos de la asociación Jallmay, con sus ritmos de la costa, la sierra y la selva, aportaron un cercano aire latino refrendado por la agrupación Guayadeque, que lucía su vestimenta al estilo de los antiguos vecinos de Carrizal. El último grupo en desfilar llegó desde los Urales. A medio camino entre las tradiciones europeas y asiáticas que marcan esta región rusa, el grupo Irandek mostró sus sobrios trajes anticipando lo que se podrá ver durante los dos días que quedan de festival.
