La Provincia - Diario de Las Palmas

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"A finales del siglo XIX no quedaba ni un solo pastor cumbrero sin retratar"

"En el París de 1839 se toma la primera fotografía. Aquí casi llega para el Pino de ese mismo año"

El doctor en Historia Gabriel Betancor Medina, ayer, en la sede de la Fedac. JOSÉ CARLOS GUERRA

¿Cuéntenos el por qué es tan importante una foto?

Desde que nace el género homo sapiens adquiere la necesidad de transmitir la forma que tenemos de hacer las cosas. Primero lo hace en las cuevas, pintando sus paredes para, hace 8.000 años con el descubrimiento de la escritura, comunicarlo mediante textos, hasta que el siglo XIX aparecieron nuevas técnicas revolucionarias que derivaron en la fotografía, la imagen en movimiento y el registro sonoro, que son las tres patas, según Naciones Unidas, del Patrimonio Audiovisual de la Humanidad.

Ah, y una de nuestras primeras expresiones, ¿quizá sea la de Cueva Pintada?

Como en Cueva Pintada. Esos canarios trataron de conservar y transmitir su cultura a las generaciones que vendrían después, aunque con la llegada de los españoles se cortaron los lazos y por eso no sabemos bien ahora que significan sus pinturas.

¿Cuando se tiró la primera foto en la isla?

En el París de 1839, en el mes de agosto, se produce la primera fotografía. Aquí casi llega para el Pino, porque en octubre de ese mismo año ya estaba en Canarias.

No me diga.

Sí, sí. Porque los puertos canarios estaban en el cruce de camino de los mercados coloniales europeos y en aquél entonces todo pasaba por aquí.

Luego tendremos un patrimonio fotográfico de lo más rico y novelero, es de esperar.

Muy rico y muy variado. Y sucede que el Cabildo de Gran Canaria dispone de un archivo en el Fondo de Fotografía Histórica de la Fedac que arranca desde hace más de quince años y que se ha encargado de recopilar, difundir y poner el valor este legado de la isla.

Píquemelo en números.

Son 140.000 imágenes ahora mismo, de las cuales 35.000 se encuentra en el archivo de la Fedac para su consulta, a la que se unirán próximamente otras 35.000.

¿Cómo las recopilan?

El Cabildo tiene un sistema de convenios con los municipios para la recuperación de estas imágenes, que también incluye los documentos audiovisuales. Además cuenta con un programa de trabajo conjunto entre el Archivo de Fotografía Histórica de la Fedac y Gran Canaria Espacio Digital, de la consejería insular de Cultura, para hacer lo mismo con las películas.

Pero...

Ahora estamos en plena campaña de recuperación de cintas de 8, Súper 8 y 16 milímetros, que se recogen, se digitalizan y se le devuelve a los propietarios.

Que digo, que supongo que no valdrán las películas aquellas de colorines que se sacaban en los años 70 de los chiquillos bañándose en las piscinas del sur.

No, no, probablemente no. Son películas que deben mostrar la riqueza de ese patrimonio que señala Naciones Unidas, porque si no podemos garantizar el acceso a las generaciones futuras de ese material nos sería difícil explicarles los contextos históricos y sociales del siglo XX y XXI. De ahí que Naciones Unidas mantenga este programa desde hace veinte años.

Las películas, dice, también van por municipios.

Sí, hemos estado este año recopilando en Teror, Valsequillo, y ahora Agaete.

Agaete. Qué ha visto de la villa hasta el momento.

Pues nos hemos encontrado hasta ahora vecinos que han aportado rollos de 60 milímetros y de Súper 8 que contienen material de las antiguas fiestas de La Rama y Carnavales, y vendedoras de pescado, visitas de políticos...

Es fácil imaginar que esas 'producciones' tienen una magia muy especial.

Claro, y lo mejor es que las estamos recuperando porque reciben un tratamiento de los compañeros de Gran Canaria Espacio Digital, que están especializados en imágenes en movimiento. Además a los propietarios se las devolvemos tal cual están, pero con una copia digitalizada.

Que tendrá mayor calidad.

No solo de mayor calidad, sino que le garantiza la conservación. Tenga en cuenta que para reproducir estos filmes necesitan un aparato que ya no tiene la mayoría de sus propietarios y que no pueden conseguir en el mercado porque se trata de una tecnología obsoleta.

Y en ese gigantesco archivo, ¿han dado con la foto más antigua de Gran Canaria?

Es la de un retrato de un mercader británico, James Wood, hecho en el año 1847. Se trata de un daguerrotipo que llegó al Cabildo hace ya unos veinte años dentro de una colección particular de José Antonio Pérez Cruz, más conocido como Teno. Ese fue, además, el origen de este archivo del Cabildo, tras la compra de sus 17.000 fotografías. A partir de ese momento se planteó un programa de trabajo con un primer objetivo, la conservación, para lo que se recurre a la química para limpiarla, y su depósito en una cámara de conservación de temperatura y humedad controlada. El otro gran propósito es documentarla en bases de datos y difundirlas a través del portal fotosantiguascanarias.org.

Esa foto del señor Wood..., pero ¿quién era Wood?

Wood era un comerciante británico que tenía su establecimiento y familia en Triana, y formaba parte de la importante colonia británica de la época por lo que existe mucho material fotográfico que proviene de ese ámbito.

Amigo, si dice usted que las primeras cámaras llegaron el mismo año en que se tomó la primera en París, y ahora resulta que Wood se retrató en 1847 hay que deducir que podremos tener algunas de las fotos más antiguas del mundo. ¿O patino?

No, no. Tenemos de las más antiguos del mundo, como usted dice. Esta por ejemplo. Pero si no lo sabemos, ni lo ponemos en valor, no sirve para mucho.

Y tampoco descartarán que un día aparezca en una gaveta una anterior, que desbarate el listado.

Podría ser. Pero la fotografía era algo muy elitista, a la que solo accedían los sectores más acomodados de la sociedad, no es como hoy, hasta que se fue extendiendo social y geográficamente. Lo particular de Gran Canaria es que por sus vínculos internacionales llegó muy pronto y se expandió por el interior. Le puedo decir que a finales del XIX y principios del XX ni el último pastor cumbrero pudo escapar del objetivo fotográfico.

A ver, a ver, extiéndase en este apasionante dato.

Al principio no se podían hacer copias. Se trataba de lo que se conoce como positivos directos de cámara, como el daguerrotipo, el ferrotipo y el ambrotipo. Pero a mediados del XIX se desarrolla un nuevo sistema de copia en papel, copias en albúmina, con una emulsión que se sensibilizaba a la luz, porque fotografía es escribir con luz a través de sales de plata. Esa emulsión impregnaba un papel y lo exponían con un negativo en cristal que refleja la imagen. Es cuando la fotografía comienza a salir de los estudios a la calle. En Dresde, Alemania, solo en el año 1888 una fábrica rompió más de seis millones de huevos.

Pero si estábamos en la cumbre y ya vamos por Alemania.

Es que las claras de huevos las subes a punto de nieve y si en vez de azúcar les echas sales de plata creas esa emulsión. Es para ilustrarle el nivel de industrialización que alcanzó la fotografía. Y que derivó en la llegada a Canarias de fotógrafos británicos que se establecían aquí o paraban camino de América. U otros que contrataban compañías como Miller, que se hizo con los servicios de un noruego, Carl Norman en 1893, una especie de freelance, que hacía fotos para vender en el mercado británico los atractivos de la isla para la inversión del capital. Son puertos, campos de cultivos, infraestructuras..., y fotografías de Agaete.

Cómo sería eso.

Las primeras de ese entorno, de finales del XIX, que retratan los caideros de agua, las tierras de cultivo, la iglesia, el paisanaje, el barranco...

¿Y qué fue del pastor?

Damos el paso de la albúmina a la gelatina, a principios del XX, la foto en blanco y negro, que es cuando, ahora sí, no queda como un solo pastor cumbrero por retratar. Ahí está la riqueza, que conservada, catalogada y difundida mantiene abierta la ventana por la que asomarnos a contemplar los distintos aspectos de la vida social de nuestro pasado. Esa es su riqueza.

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