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Dos sillones para el jugador D. J. Seeley delataron al exgerente del Granca

El club descubrió en diciembre que Miranda había comprado los muebles a sus propias empresas

Alberto Miranda, exgerente del Club Baloncesto Gran Canaria. LA PROVINCIA/DLP

La solicitud de dos sillones para amueblar el apartamento del jugador Denis Jerome Seeley puso al descubierto las irregularidades cometidas por el exdirector-gerente del Club de Baloncesto Gran Canaria, Alberto Miranda, en la compra de muebles de segunda mano a una empresa suya y a otra de su pareja, hechos que el Cabildo ha remitido a la Fiscalía Provincial de Las Palmas al apreciar indicios de delito de apropiación indebida, falsedad documental y estafa.

Así se refleja en uno de los documentos aportados por los directivos del Granca a los servicios jurídicos del Cabildo, que forman parte del expediente enviado al fiscal. Ese escrito, del 29 de diciembre de 2015, señala que el departamento de administración del club dio entrada, en mayo de 2015, a cuatro facturas entregadas, firmadas y con el visto bueno de Alberto Miranda, dos de ellas a nombre de Rita A. González Peraza, por un total de 10.225 euros, y otras dos de la empresa M. I. S. L., por una cantidad de 16.405 euros.

En el mismo día en que se da entrada a las facturas se emiten cuatro talones por los importes de las mismas y que son firmados únicamente por Alberto Miranda, quien tiene facultades para ello al no superar la cantidad de 12.000 euros. El autor del documento explica que el 4 de diciembre de 2015 se recibió en el área de administración un correo electrónico del delegado del equipo, Joan Pera Vila, solicitando la compra de dos sillones para el apartamento de un nuevo jugador, el escolta norteamericano D. J. Seeley.

En ese momento se le comunica a Joan Pera Vila que durante el mes de mayo el club había adquirido mobiliario para los pisos por importe de 26.630 euros (32.778,35 euros incluido el IGIC) y, por lo tanto, se entendía que en dicha compra se había tenido en cuenta la previsión para la adquisición del mobiliario necesario para el acondicionamiento de las viviendas de los jugadores. Pera Vila, extrañado por el comentario, solicita al departamento de administración que le diga la relación de lo facturado en mayo, a lo cual responde que esos artículos fueron entregados al club por el director-gerente Alberto Miranda, "con el fin de que el club se pudiera quedar con lo que sirviera y que del resto se llamara al Centro Reto para su retirada". Al entregar esos muebles, sostiene el redactor del documento, dijo que el importe total del mobiliario había ascendido a unos 800 euros y, por tanto, no supondría un perjuicio económico para el club.

Ese mismo 4 de diciembre el área de administración del Granca analizó la documentación y descubrió que Rita A. González Peraza es la pareja del entonces gerente del club y que las siglas M.I. S.L. corresponden a la sociedad Miranda Inmoconsulting, donde tanto Alberto Miranda como Rita A. González figuran como administradores.

Esos descubrimientos se pusieron en conocimiento de los responsables del club, pues también se constató que en la entrega de las facturas y el pago de las mismas no se siguieron los procedimientos internos habituales.

En ninguna de las facturas de los muebles venían anexados los presupuestos, albarán de entrega o estudio de tres ofertas. Los pagos se realizaron a través de talones, cuando el procedimiento habitual es a través de remesa bancaria u orden de transferencia.

El escrito asegura finalmente que el departamento de administración actuó en todo momento de forma profesional, pues se limitó a ejecutar las órdenes que daba Alberto Miranda, pues tenía facultades para ello, "sin pensar en ningún momento en que pudiera haber deslealtad por parte del director- gerente y perjuicio para el club".

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