Siempre acompañado por su perro, Elyn Bourt fue pionero en el Paseo de Meloneras como estatua humana, concretamente de indio norteamericano. De nacionalidad belga, lleva viviendo en las Islas desde hace algo más de una década. Antes de aterrizar en Canarias, viajó por varios países europeos como Francia, Portugal y la Península. Primero pasó por Tenerife para finalmente asentarse en Gran Canaria, donde "todavía el sistema era normal".

Hace 16 años decidió dar un cambio radical a su vida porque, como argumento, "buscaba ser un espíritu libre y no un esclavo del sistema." Trabaja en este oficio por necesidad, porque es la forma que tiene para ganar dinero. Según Elyn Bourt, como se hace llamar artísticamente, "cada vez más gente vive como en una especie de cárcel".

Trabajó un poco de todo, pero lo que él quería era ser un espíritu libre. Habitualmente, le dedica dos horas y media por la mañana y otras dos y media por la tarde, según lo que haya. "Como yo no tengo jefe, soy un espíritu libre", insiste, "tengo días libres en mi vida cuando quiero". Con lo que gana le da para vivir medianamente bien, "bueno normal, se puede decir que no me falta de nada", incide.

Recibe un trato correcto de los turistas, aunque en ocasiones ha tenido algún que otro problema, "de vez en cuando, siempre hay un tonto que dice algo malo", afirma. Este indio belga vive ahora su sueño que es ser libre y feliz. "Yo vivo de otra forma, no tengo coche ni una casa grande, nada de lujos, tampoco los busco", añade.

Motorista por los aires

A mitad de camino, algunos extranjeron se paran y observan a un motorista que parece flotar en el aire. Se llama Alin y es de origen rumano. Solo lleva dos meses en el paseo y apenas habla español. Es todo un espectáculo visual para el turista. A su lado le acompaña otro joven rumano que se turna con él y otro más, porque como asegura, "hace calor y es muy cansado", por eso se reparten el trabajo entre tres. Dice que el traje es muy caluroso y que dentro del mismo se alcanzan los 30º. Así es como se gana la vida, pues cuenta "que les da para vivir bien" aunque Alin lo compagina también con el oficio de titiritero.

Por las mañanas, suelen estar unas dos horas, pero también van por las tardes. "A todas las personas que pasan por aquí les gusta lo que hacemos", afirma el acompañante Vinieron a Gran Canaria a buscarse la vida porque en Rumanía no había trabajo. La labor de estos "motoristas", quienes utilizan una motocicleta Honda de verdad, consiste en sostenerse sobre una plancha, lo que provoca el efecto de estar suspendidos en el aire.

Pirata

Cerca del majestuoso Faro de Maspalomas, se avista un pirata de color metalizado. Su nombre es Iri, también viene de Rumanía, aunque lleva ya ocho años viviendo en Gran Canaria. Ha recorrido la isla vestido siempre de pirata. Por Triana, las Canteras, incluso Telde, pero donde más tiempo lleva es en el Paseo de Meloneras. Le dedica unas tres o cuatro horas al día y unos tres o cuatro días a la semana, porque los sprays que se aplica en la cara le están haciendo daño, "por eso trabajo menos", dice. Esta es la única ocupación con la que saca dinero para vivir. "Con lo que gano en cuatro horas me da para vivir dos días", manifiesta. Hay días en los que se encuentra desganado o aburrido y no quiere ir a trabajar "porque siento que la gente se da cuenta", señala. Con el 90% de los turistas nunca tiene problemas, aunque le molesta los que disimuladamente intentan hacerle una foto pero no le dan nada a cambio. Él se tapa la cara para no salir en la foto. "Escondo la cara con la mano y les digo que no", agrega.

Lleva consigo un carrito de la compra con cinco sprays en su interiorcon los que se pinta cada día que va a trabajar. Tarda una hora en preparse y media en quitarse el maquillaje. Antes de venir a la isla anduvo por Toledo, Málaga y Cádiz, donde se disfrazaba de militar con la misma finalidad por la que se viste hoy día de pirata. Llegó a trabajar como payaso para los niños, pero no ganaba bien porque al dirigirse solo a los más pequeños,cuando éstos le pedían dinero a sus padres las monedas que le daban eran de menor valor. Sin embargo, como pirata, aunque el niño le pida la moneda al padre, "éste le da dará una moneda de mayor valor porque a ellos también les gusta lo que hago" afirma.

En más de una ocasion, este pirata con garfio y loro al hombro, ha tenido problemas con la policía. En las Canteras porque no tenía permiso para estar ahí trabajando como escultura humana. "Pedí el permiso, pero cuando fui a Triana no me sirvió", asegura. Lo mismo le ocurrió en distintos mercadillos de la isla. "Necesitaba permisos distintos en todos los sitios", añade. También llegó a trabajar imitando al actor Johnny Deep en la película "Piratas del Caribe", con el que guarda un razonable parecido. "Me movía como un tonto y estaba todo el día de pie, pero sentado se está mejor " dice, porque de pie se cansaba mucho.

Hay días en los que puede ganar 100 euros y otros en los que solo gana siete, depende de la gente. Su novia trabaja también como escultura humana en Meloneras. Ella es la sirena del paseo, "aunque ahora no está trabajando porque tiene el vestido estropeado" argumenta. Se han llegado a poner los dos juntos, pero prefieren estar separados para ganar más. "Más vale estar separados, porque juntos no cobramos igual, nos dan una misma moneda para los dos", añade. "No sueño, vivo al día", concluye Iri cuando se le pregunta por sus sueños.