Era viernes, pero parecía un domingo cualquiera de agosto en las playas de Telde, sobre todo en las principales. La población no estuvo por la labor de soportar el fuerte calor en sus domicilios y optó por coger bañador, toalla y sombrilla, entre otros elementos típicos del ajuar playero, para enfilar hacia la costa y reducir la sensación térmica que produce ese tándem de alta temperatura y humedad.

Melenara fue punto de encuentro de centenares de teldenses y se notó claramente su presencia. Un mar de sombrillas, de todos los tamaños, colores y materiales apenas dejó entrever que había arena debajo de ellas. A su amparo, los bañistas se pertrecharon para pasar un día como sardinas en lata, pero al menos más fresco que el centro de la ciudad y el resto de barrios alejados del litoral.

Salinetas no le fue a la zaga, algo menos en La Garita y Hoya del Pozo, pero el objetivo era el mismo: minimizar el calor reinante con baños en la marea, regreso a la sombrilla y así varias veces, las que hicieran falta con tal de no pasar tanto agobio ambiental.

La búsqueda de la fotografía típica del termómetro, con o sin gente pasando debajo, no fue una tarea tan fácil como en otras ocasiones. Así las cosas, sorprendió que en una farmacia de La Barranquera los dígitos señalaran 38 grados centígrados, que no parece un registro muy fiable si se tiene en cuenta que en otra farmacia cercana al parque Franchy Roca la medición era de 32 grados. Que tampoco es ninguna tontería y que da constancia de que la ciudad no se salvó del fuego y tuvo que sufrir los rigores en modo infiernillo. En La Garita, punto de encuentro de un termómetro muy recurrido en estas informaciones, el gozo en un pozo: estaba loco, disparatado y no daba pie con bola. Intento fallido y a por otros. La oportunidad la ofreció el termómetro colocado en el cruce de Melenara, muy cerca del parque empresarial. Unos contundentes 38 grados que, por efectos del calor o del humo de los vehículos que pasaban junto a él, daba cierto apuro mirar.

Más de un teldense intentó acordarse el porqué su coche no tiene aire acondicionado, pero de nada le sirvió la reflexión. La ventanilla abierta no era la solución con el aire caliente que corría, pero peor era estar encerrado en la cabina.

Las previsiones para hoy no son nada halagüeñas, ya que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) estima que continuarán las altas temperaturas. La única oportunidad al optimismo es que al menos no subirán más y eso ya es motivo de alivio, si no de alegría.

Se espera, así, una repetición de la jugada de ayer en la jornada de hoy, con un amplio despliegue de sombrillas, toallas y bronceadores, además de líquidos en abundancia para quienes regresen a la playa. El resto, ya que no parece que nadie piense en acercarse por la comarca de las medianías o a los calores más sofocantes del Sur, será estar en casa, confiar en que el termómetro baje y se pueda dar un paseo nocturno más tranquilo.