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El Cabildo ultima un plan de lucha contra las plagas de las palmeras

Juan Manuel Brito reconoce que hay que dar más protección a la especie

Palmeral de La Sorrueda, en Santa Lucía. SANTI BLANCO

La palmera canaria contará con un plan de acción integral que permitirá actuar de forma coordinada en las acciones de limpieza de los palmerales y en el combate contra la diocalandra y otras plagas que afectan a la especie. "Vamos a tomar varias iniciativas", avanza Juan Manuel Brito, consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, cuyo departamento ha comenzado durante este mes de agosto a estudiar la situación con la vista puesta en celebrar las primeras reuniones de trabajo entre las administraciones implicadas a la vuelta del verano.

Brito explica que "en la legislatura anterior se realizó un trabajo que luego quedó paralizado y nunca se llevó adelante, por lo que nuestra idea es retomar sus conclusiones". El documento al que se refiere es el encargado en 2014 por el entonces presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, a un grupo de trabajo integrado por técnicos, especialistas, gestores y trabajadores de diversas entidades públicas y privadas. "El informe se quedó en nada, ya que nunca se devolvió, pero lo vamos a retomar y partiendo de ese trabajo vamos a crear una comisión que haga un seguimiento y presente propuestas", asegura el también vicepresidente segundo de la corporación insular.

El dosier elaborado hace dos años por la comisión técnica era un completo análisis de 19 páginas que perfilaba el estado fitosanitario de la especie, estipulaba una serie de buenas prácticas en relación con las palmeras de jardinería turística, urbana o de carreteras e incluía un plan de gestión de los palmerales silvestres y singulares. Entre otras acciones, el documento proponía un conjunto de medidas armonizadas para combatir la diocalandra, revisando los instrumentos legales existentes y evaluando el nivel infectivo de esta plaga en los ejemplares de Phoenix canariensis de la Isla.

Igual que las dunas

"Consideramos que el documento es un punto de partida válido y a partir de él vamos a actuar igual que hemos hecho con las dunas de Maspalomas, implicando a todas las administraciones, porque los palmerales de Gran Canaria necesitan un tratamiento específico", reconoce Brito.

Los primeros encuentros tendrán lugar en septiembre. "Tenemos una reunión fijada con el Gobierno de Canarias y este tema será uno de los que trataremos para poder ver, en el ámbito de la sanidad vegetal, qué iniciativas se pueden tomar y hasta donde puede colaborar el Ejecutivo autonómico", explica el responsable de la gestión ambiental en la Isla.

Las administraciones locales también estarán implicadas en la nueva comisión que velará por la conservación de las palmeras canarias. De hecho, con el Ayuntamiento de Santa Lucía, que cuenta en su territorio con algunos de los palmerales silvestres más señalados de Gran Canaria y cuyo pleno aprobó a finales de julio una moción instando a la cooperación institucional para combatir la diocalandra, ya se han entablado las primeras conversaciones, impulsadas por la necesidad de coordinación debido a la actual alerta por peligro de incendios forestales. "Lo que le pedimos al Ayuntamiento fue que tuviese a una persona vigilando permanentemente la zona para poder actuar lo antes posible si se generaba algún conato de incendio a la vez que el Cabildo envió personal que realizó visitas a los palmerales para estar atentos".

Tras el análisis del informe elaborado en 2014 y las primeras reuniones con las administraciones implicadas, la puesta en marcha de estas iniciativas de protección de las palmeras contará con un una dotación presupuestaria concreta que estará recogida en los presupuestos del Cabildo de Gran Canaria para el próximo año.

"Tenemos todo este trimestre para empezar a trabajar y ya en 2017 dispondremos de presupuesto y partidas específicas que se dedicarán a estos temas", asegura Brito.

Ese dinero estará destinado a acciones como la limpieza de los palmerales, para lo que será necesario contar con la colaboración de los propietarios, ya que en lugares como La Sorrueda o el Ingenio de Santa Lucía la mayoría de los ejemplares están ubicados en terrenos privados. "Los dueños tienen que acometer la limpieza, pero nosotros estamos dispuestos a apoyar, aunque también es una responsabilidad suya", recuerda el consejero, para quien "no sólo es una cuestión de recursos económicos, sino de implicar a todas las partes" en un proyecto que se pueda aplicar a lo largo de los próximos años.

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