El Bio@gaete aún se puede permitir el lujo de interrumpir un concierto de rock durante cinco minutos y pedirle al público que haga un pasillo para que los voluntarios sustituyan los contenedores de basura que se han llenado. Eso ocurrió el domingo en el escenario del Muelle Viejo y sería inconcebible en cualquier otro festival multitudinario, pero también refleja las dificultades del Puerto de Las Nieves para acoger la marea humana que aumenta año a año.

Más de 45.000 personas participaron en el Bio@gaete durante el largo fin de semana de música, deporte y solidaridad, según informó ayer la organización. En solo seis años, el festival se ha convertido en un referente del verano grancanario y hasta compite en asistencia con la fiesta de La Rama, con más de 20.000 almas agolpadas en las calles del barrio marinero durante las actuaciones de El Vega en la noche del sábado o de Arístides Moreno el domingo.

La avalancha de público colapsó los accesos y llenó los aparcamientos hasta el mismo pueblo de Agaete. También se desbordaron los bares, restaurantes y baños públicos, con las consiguientes incomodidades para los visitantes, vecinos y los usuarios de la linea de ferry, aunque las quejas han sido mínimas. La principal crítica es que no todos los asistentes han entendido el espíritu del Bio@gaete y se corre el riesgo de que se convierta en un macrobotellón.

El alcalde, Juan Ramón Martín, anunció en el cierre del Bio@gaete que la próxima edición volverá a contar con el apoyo del Ayuntamiento y del Cabildo para hacerlo "aún mejor", aunque ya se piensa en una reordenación de las actividades para evitar que las aglomeraciones se perpetúen durante todo el fin de semana. Una de las ideas que se baraja es dedicar el viernes a la carrera nocturna Bio Trail, concentrar los principales conciertos el sábado y destinar el domingo a los talleres y actividades solidarias.

Juan Carlos Lorenzo, vicepresidente de la Asociación Bio@gaete Cultural Solidaria y coordinador en Canarias de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear), se mostró "satisfecho" por el desarrollo del festival y reconoció que los organizadores tendrán que "reflexionar" sobre el éxito de público de este año para evitar que el Bio@gaete pierda su identidad y razón de existir.

"La sensación es satisfactoria, pero somos conscientes de la entidad que está tomando el festival y de alguna forma tenemos que adaptarlo a la dimensión del espacio; el Bio@gaete tuvo unos principios muy claros y de ahí deriva su éxito, se valora el trabajo de un equipo de personas que se juntan con un objetivo común, que es apoyar causas justas y proyectos sociales desde lo lúdico y recreativo", apuntó Lorenzo.

La parte musical, opinó, está bien resuelta por el compromiso de los artistas que actúan de forma altruista, hasta el punto de que la organización tiene más solicitudes para actuar de las que puede programar. Este año han pasado unos cincuenta grupos por los diversos escenarios. Sin presupuesto para pagar cachés y sin grandes estrellas, el Bio@gaete ha tomado el relevo del desaparecido Womad. Los grandes triunfadores fueron El Vega, Arístides Moreno y Hermanos Thioune. La recaudación de este año, se destinará a proyectos sociales de las ONG Educanepal y Médicos del Mundo en Canarias.