La Consejería de Obras Públicas y Transportes del Gobierno de Canarias inició este jueves los trabajos de demolición del inmueble situado en la trinchera de Lomo Grande (Arucas) y que impedía continuar con los trabajos del tramo de la IV Fase de la Circunvalación comprendido entre Arucas (GC-20) y el enlace de Las Mesas. Los dos carriles en sentido Las Palmas de Gran Canaria-Arucas están prácticamente terminados y una vez resuelto el proceso de expropiación forzosa por la vía judicial, se pondrán en servicio en el mes de noviembre.

Ornella Chacón, consejera de Obras Públicas y Transportes regional, visitó esta mañana la zona en la que se centran ahora los trabajos para culminar esta fase de la vía, y señaló que "la apertura de los dos carriles en sentido Arucas es ahora el objetivo prioritario de esta obra de la IV Fase, ya que además de constituir una vía imprescindible para mejorar las comunicación entre el norte de la isla, mejorarmos la vida de las personas reduciendo considerablemente el número de horas que pasan en la carretera".

El pasado 4 de agosto se llevó a cabo la apertura parcial de esta vía (4,5 kilómetros) en un sentido de la circulación, en concreto los dos carriles en dirección a la capital grancanaria desde Arucas. Este tramo se encuentra enmarcado en el Convenio de prefinanciación entre la Comunidad Autónoma de Canarias y Cabildo de Gran Canaria.

La obra completa de la IV Fase salió a licitación a principios de marzo de 2007 por un presupuesto máximo de 105.749.488,45 euros, y un plazo de ejecución de 42 meses (2011). Fue adjudicada a principios de noviembre del mismo año por un presupuesto de 91.103.184,30 euros. De esa cantidad, a día de hoy se han certificado 94,5M€. El presupuesto vigente a fecha de hoy es de 115.058.379,31 euros.

El tramo que se completará en noviembre consta de unos 4,5 kilómetros de los 6,8 que abarca la IV Fase, por lo que sólo quedarían pendientes unos dos kilómetros para enlazar con la GC-2, donde se sitúa el final de la obra. Se trata de una vía con dos calzadas de dos carriles cada una, sin contar la longitud de los ramales de conexión y de las vías auxiliares. El cálculo aproximado cuando se ponga en servicio la totalidad de la carretera es de unos 40.000 vehículos diarios.

El acceso a los dos carriles ya operativos de esta nueva vía con límite de velocidad de entre 80 y 100 kilómetros/hora, se realiza desde la GC-20, que une Arucas con la GC-2. Los vehículos procedentes de Arucas lo hacen por un ramal que comunica directamente con la nueva vía, a la altura de las dependencias del Consorcio de Emergencias (p.k. 2,500); mientras que los que circulen en el sentido contrario, -dirección Arucas-, se incorporan desde una glorieta provisional situada a la altura del barrio de El Hornillo. También existe un enlace en la zona de Santidad-Cardones, a la altura de la fábrica de galletas Bandama.

El nuevo trazado beneficia fundamentalmente a los habitantes del municipio de Arucas y también a los que proceden de municipios limítrofes como Teror, Moya, Valleseco o Firgas. También a los habitantes del norte -Agaete, Gáldar o Guía-, que ya no tendrán que llegar a Las Palmas de Gran Canaria si su destino es la GC-1 o el sur de la isla.

Los retrasos en la obra se producen como consecuencia de las políticas de recortes llevadas a cabo por el Gobierno de España presidido por Mariano Rajoy, que durante su legislatura incumplió con las cantidades recogidas en el Convenio de Carreteras Canarias-Estado. Entre 2012 y 2015, Canarias debería haber recibido 859,5M€, sin embargo solo han llegado 232,11M€, un incumplimiento del 73% de lo acordado. El Estado le debe a Canarias 628,39M€, además de los 80M€ por sobre costes (revisiones de precios) y 393,7M€ que ha aportado el Gobierno de Canarias de fondos propios.