Es la cara menos visible de la romería. En la 'trastienda' de la Basílica se trabaja a un ritmo frenético, para clasificar las toneladas de productos que llegan de todos los rincones de la Isla en la ofrenda. El vicario general de la Diócesis, Hipólito Cabrera, estima que este año se recogieron unos 30.000 kilos, que se distribuirán desde esta mañana entre organizaciones solidarias como Cruz Blanca, Hermanas Desamparadas, Cáritas y otros colectivos para su reparto entre colectivos con graves necesidades de subsistencia, sobre todo de fuera de Teror.

En esta ocasión, el Ayuntamiento ha contratado tres camiones frigoríficos para conservar los productos más perecederos, sobre todo los pescados. Hasta hace unos años, en la misma tarde de la romería se repartía la carga. Sin embargo, el plan de seguridad restringe el tráfico de vehículos por motivos de seguridad hasta hoy, por lo que se guardan en los almacenes municipales hasta su salida. Esta mañana debía partir todo un muestrario de productos, como los quesos de Guía, las fresas de Valsequillo, los plátanos de distintos municipios, las latas de atunes y conservas de San Bartolomé de Tirajana, los tomates de La Aldea, el trigo de La Aldea, los dulces de Moya y Tejeda, y las 21 variedades de papas del Cabildo, entre otras muchas frutas y verduras de cada pueblo.

El obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, destacó ayer que la ofrenda es una simple muestra del trabajo cotidiano que se hace en Cáritas y en las parroquias a diario. "Hoy hay una vistosidad especial, con una gran repercusión en los medios de comunicación, pero hay un trabajo callado en Cáritas y en las parroquias". Cases recordó en su undécima romería de Teror, la presencia de todas las islas, incluida La Graciosa.

El párroco de Teror, Antonio Perera, expresó también al término de la ofrenda su agradecimiento por las muestras de colaboración ciudadana.

Mientras, Gonzalo Rosario, que era también la primera vez que ejercía de alcalde de la Villa Mariana en la celebración, puso su énfasis en la generosa aportación de productos, al igual que en la faceta artística de la fiesta.