La entrada de Lopesan en el grupo Anfi, tras comprar el 50% de las acciones a los herederos de Bjorn Lyng, permitirá relanzar el proyecto turístico en el barranco de Tauro, retrasado por los problemas financieros de la compañía y por las numerosas dificultades administrativas en la ejecución del puerto deportivo y en la construcción de la playa artificial, paralizada actualmente por la Demarcación de Costas ante la falta del informe medioambiental y las dudas sobre la titularidad de los terrenos más cercanos al litoral.
El grupo Anfi tiene suelo y autorizaciones para crear 7.500 camas turísticas en el barranco y en la costa de Tauro, de las que actualmente solo se han terminado unas 3.000 plazas. De los trece hoteles previstos en el proyecto original, la cadena solo ha construido uno, el Anfi Emerald Club, un complejo de 119 apartamentos de lujo de dos o camas. El resto de las plazas corresponden a las villas situadas junto a los campo de golf.
Por tanto, aún es posible construir otros doce complejos alojativos para unas 4.500 nuevas plazas turísticas. Tres de los hoteles proyectados se ubicarán en una ladera junto a la playa, encima de la carretera que conduce a Amadores y Puerto Rico. En zona también está previsto el puerto deportivo, de 500 plazas según unas fuentes y de 322 amarres según otras.
Experiencia
La incorporación de Lopesan a Anfi Tauro, con su experiencia y su fortaleza económica como líder en sector hotelero de Gran Canaria, es un balón de oxígeno para el desarrollo de un turismo de alta calidad en esa zona del municipio de Mogán, algo en lo que coinciden las empresas involucradas y la patronal turística.
No obstante, desde la empresa que preside Eustasio López explicaron ayer que serán los actuales gestores, nombrados por el grupo Santana Cazorla y por los familiares de Bjorn Lyng, los que se encarguen de impulsar el proyecto.
"Anfi Tauro es propietario de unos terrenos calificados y no pretendemos cambiar nada, sino aportar en positivo todo lo que nosotros podamos hacer para desarrollar ese suelo; aportaremos nuestras opiniones al equipo de gestión que canalice el proyecto, pero no hay un interés especial en cambiar nada", declaró Santiago de Armas, presidente del Consejo de Vigilancia de la cadena IFA, la filial de Lopesan que compró la mitad de Anfi a los herederos de Bjorn Lyng por 41,2 millones de euros.
