Los miembros de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil encargados de la investigación del caso de Yeremi Vargas investigaron durante meses el entorno familiar en el que se desarrolló Antonio Ojeda, acusado de la desaparición del pequeño en Vecindario el 10 de marzo de 2007. En las conclusiones vertidas en su atestado, al que ha tenido acceso este periódico, los agentes califican este ambiente "como altamente desfavorable para el buen desarrollo psicológico como individuo".

El documento elaborado por la Benemérita para determinar las circunstancias personales de Ojeda que pudieran tener interés en relación con la desaparición de Yeremi observa "un alto grado de desestructuración social" en el devenir de dicho entorno. La Guardia Civil considera que en este ambiente pudieron predominar de forma más o menos habitual y reiterada diversas manifestaciones agresivas. En tal contexto, los agentes apuntan a la consumación "tanto de actos de violencia física como en otros casos y no menos probable, posibles actos de abusos o agresiones sexuales".

Estas circunstancias influyeron, a juicio de la UCO, "en su devenir años después, apreciando una conducta agresiva y conflictiva". Los agentes realizan esta valoración basándose en las descripciones recabadas a "todas las personas que por distintos motivos han tenido que relacionarse personalmente" con Ojeda, ya fuera por formar parte de este marco familiar como por haber sido sus vecinos o sus amigos.

Testimonios familiares

Contando con esta línea de investigación como premisa, los agentes tomaron manifestación a lo largo del mes de mayo de este año a varios familiares directos de Ojeda para "comprender la motivación o circunstancias que pudieran haber impulsado a este individuo a cometer el delito investigado", tal y como recogen en el atestado. Entre los interrogados figuran varios de sus hermanos y una mujer que fue su pareja, quienes desvelaron detalles sobre la personalidad de el Rubio y explicaron el grado de contacto que mantenían con él. Dos familiares directos manifestaron su deseo de no prestar declaración sobre el caso una vez fueron informados sobre las razones de su presencia en las dependencias de la Guardia Civil de Vecindario. El resto sí arrojó luz sobre su pasado.

Dos de los hermanos de Ojeda explicaron que no mantienen ningún tipo de relación con él desde que falleció su madre a comienzos de 2007. De acuerdo con su testimonio, la última vez que hablaron fue cuando ésta se encontraba ingresada en un centro hospitalario en la fase terminal de su enfermedad y algunos días más tarde, el 24 de enero de aquel año, durante el funeral posterior.

En aquel momento hablaron sobre la herencia, aunque ellos no quisieron discutir "debido a que era el instante en el que estaban velando" sus restos. Desde entonces, la relación entre los tres se rompió y nunca volvieron a dirigirse la palabra. La última vez que tuvieron conocimiento de él fue a través de la televisión, cuando vieron a su hermano relatando en Antena 3 Televisión cómo varias personas se habían llevado a Yeremi. Uno de los hermanos "no le dio credibilidad y pensó que se estaba inventando la historia", recoge la Guardia Civil. El otro tampoco "le dio mayor importancia", según los investigadores. Este último aseguró, además, que ni siquiera sabía que su hermano estaba en prisión.

Otro de los hermanos de Ojeda indicó a los agentes que aún mantiene cierta relación con el Rubio, quien le llama habitualmente desde la cárcel, aunque según él no le había ofrecido ningún tipo de explicación acerca de los motivos por los que se encuentra preso. Este miembro de la familia Ojeda Bordón aseguró a los agentes que no tenía más conocimiento sobre la desaparición de Yeremi que el que puede tener cualquier espectador de televisión y reconoció a los agentes que cuando sucedieron los hechos "se encontraba cumpliendo condena de seis años por un delito de violación a su hija", detalla el informe.

Persona agresiva

Los responsables del caso también tomaron declaración a un primo de el Rubio, quien explicó que "era una persona muy agresiva y violenta". En su comparecencia detalló que "en una ocasión su familia le contó que Antonio Ojeda Bordón había agredido a su padre llegando a romperle un brazo".

Entre los testimonios recabados por la Guardia Civil también se encuentra el de una ex pareja sentimental de Ojeda, quien explicó que nunca observó nada que le hiciera pensar que el sospechoso sintiera atracción sexual hacia menores, si bien "durante el periodo que duró su relación sentimental se comportaba de un modo algo anormal, toda vez que no soportaba" que ella le tocara.

Para los agentes también resulta "especialmente significativa" la declaración de una mujer que dijo haber hablado en Doctoral con un hombre a quien un amigo suyo identificó como hermano de Ojeda. "Le comentó que sus tres hermanos le habían hecho la vida imposible" y que "cuando decía que era homosexual su entorno familiar y social le castigaba duramente", afirma el atestado.