La compañía eléctrica Endesa ha instalado 54 aisladores poliméricos en la línea Pico La Gorra para evitar el riesgo de electrocución de las aves que, al posarse sobre las redes, tocan simultáneamente el cable y la torreta. Estos aisladores protegen a las aves gracias a su revestimiento de plástico aislante pero además aumentan la distancia entre el conductor y el apoyo debido a su longitud de 1,15 metros, con lo que también previenen riesgos de contacto cuando el animal despliega las alas para emprender el vuelo.

La actuación se ha centrado en la línea de media tensión, que discurre por la zona centro de la Isla abarcando los municipios de Tejeda y San Mateo. En esa franja, la electrocución más frecuente se produce entre aves de mediana o gran envergadura que utilizan las líneas de distribución como posadero. En concreto las rapaces (como águilas o cernícalos), los córvidos (cuervos, cornejas y urracas) y las cigüeñas son las más propensas a descansar sobre el tendido eléctrico. El presupuesto aproximado para estas tareas es de 150.000 euros, que se han destinado a instalar 54 aisladores en los apoyos más expuestos a las aves.