Sargento García, cabeza de cartel del festival de música de Veneguera, vive desde hace una década en Valencia. Y, aunque la temperatura por el Mediterráneo todavía invita a darse un baño, el artista hispano-francés asegura que el aire que se respira cerca del Océano Atlántico es "único". Junto a sus músicos, ofreció anoche en el campo de fútbol del pago moganero una "retrospectiva" de sus casi 20 años sobre el escenario. Más de una hora de espectáculo en un entorno natural, más cercano a lo "divino" que a lo terrenal. "Es chévere tocar en la luna", aseguró el cantante tras observar a su alrededor solo montañas y cielo azul.
Tras su actuación este verano en Fuerteventura el creador de salsamuffin, una mezcla entre ritmos latinos y reggae, aterrizó ayer en el municipio de Mogán. Su actuación, la más esperada de la noche, recopiló temas de los siete discos que ha cosechado en el mercado a lo largo de casi dos décadas de trayectoria musical. Del reggae jamaicano al hip hop americano pasando por el merengue y el son cubano. Su origen hispano-francés y su "inquietud por probar cosas nuevas" le han servido para acuñar un estilo propio que en 2013 logró incluso una nominación a los Grammys Latinos.
Cinco pantallas led con 40.000 vatios de luces y otros 30.000 de sonido se encargaron anoche que su último trabajo Contra viento y marea se hiciera eco entre las montañas de Veneguera. Los encantos naturales del barranco, anclado en la reserva de la biosfera de Gran Canaria, le hicieron sentirse como "en la luna", aseguró el artista.
Cerca de 4.000 personas disfrutaron anoche no solo de canciones de Sargento García, sino también de la percusión senegalesa de Nayaband y las mezclas interculturales de DJ Ridoo. Algunos de los asistentes al festival, como Domingo Saavedra, se desplazaron desde Las Palmas de Gran Canaria hasta el pago moganero solo por sentir en directo los acordes de la "rumbita canaria" de la mano de El Vega, repetidor en el Encuentro de Veneguera, y La Farraband que cerraron el maratón de conciertos ya pasada la medianoche. Otros, como Sara López, se acercaron desde Telde hasta el Sur con el fin de conocer grupos nuevos, como los tinerfeños Material de Contrabando, y disfrutar de un "sábado diferente". La zona de acampada aledaña a los conciertos acumuló 120 casetas y una treintena de caravanas.
